zeta
hablador
Pensar en pasar cerca de Andujar, sin llamar a Rosa y poder abrazarla, junto con Carlos, Noemí y Adrian, era algo impensable y.............dicho y hecho.
Fue poco tiempo pero el suficiente para ver que están felices en su pueblo; Noemí y Adrian, tan cariñosos como siempre y contentos de su nueva andadura. Rosa y Carlos, llenos de afecto y alegría por vernos y estar juntos, aunque fueran unos momentos.
La visita se redujo, más de lo previsto, porque Carlos, trabajando tuvo un accidente laboral, que le produjo una fisura en el codo izquierdo; aún así y una vez atendido en Urgencias, pasó para tranquilizar a Rosa, de que no era grave y de que se encontraba bien.
Fue solo un momento pero el suficiente para verle. No pudimos achucharle mucho porque venía enyesado; pero su sonrisa, su alegría por vernos, nos tranquilizó a todos.
Fue una visita entrañable y que Carlos recordará durante mucho tiempo -al menos el tiempo de recuperación de la avería- Nos pusimos tibios criticándo a toda la "colla", nos confirmaron que no podrían asistir a la calçotada y estudiamos opciones para reencontrarnos con los amigos de siempre, tan pronto sea posible.
La tribu de Yoko, os manda a todos y a cada uno, de sus compañeros/as, amigos/as, un montón de abrazos y besos, que iré repartiendo a cada uno, a medida de que nos vayamos encontrando.
Lo importante: ya están bien acomodados, se encuentran perfectamente y felices en su lugar de origen y con morriña de encuentros, como los que celebrabamos, cuando residian en Tarragona pero.................todo se andará.
Fue poco tiempo pero el suficiente para ver que están felices en su pueblo; Noemí y Adrian, tan cariñosos como siempre y contentos de su nueva andadura. Rosa y Carlos, llenos de afecto y alegría por vernos y estar juntos, aunque fueran unos momentos.
La visita se redujo, más de lo previsto, porque Carlos, trabajando tuvo un accidente laboral, que le produjo una fisura en el codo izquierdo; aún así y una vez atendido en Urgencias, pasó para tranquilizar a Rosa, de que no era grave y de que se encontraba bien.
Fue solo un momento pero el suficiente para verle. No pudimos achucharle mucho porque venía enyesado; pero su sonrisa, su alegría por vernos, nos tranquilizó a todos.
Fue una visita entrañable y que Carlos recordará durante mucho tiempo -al menos el tiempo de recuperación de la avería- Nos pusimos tibios criticándo a toda la "colla", nos confirmaron que no podrían asistir a la calçotada y estudiamos opciones para reencontrarnos con los amigos de siempre, tan pronto sea posible.
La tribu de Yoko, os manda a todos y a cada uno, de sus compañeros/as, amigos/as, un montón de abrazos y besos, que iré repartiendo a cada uno, a medida de que nos vayamos encontrando.
Lo importante: ya están bien acomodados, se encuentran perfectamente y felices en su lugar de origen y con morriña de encuentros, como los que celebrabamos, cuando residian en Tarragona pero.................todo se andará.