Joelsa
Participativ@
Caída de un rayo en la tienda de campaña
El hombre tiene la necesidad de protegerse frente a la lluvia y, si dispone de una tienda de campaña, por regla general buscará refugio en su interior. Pero esto puede resultar peligroso.
En el año 1980 un estudio del ADAC (Club Automovilístico Alemán), realizado en la Universidad Técnica de Munich, mostraba que las tiendas de campaña tradicionales (las de tipo “canadiense” con dos mástiles metálicos) son bastante peligrosas en una tormenta. Los rayos generados artificialmente en el laboratorio caían siempre sobre el transversal de la tienda de campaña, saltando luego una y otra vez sobre el muñeco de pruebas situado en el interior. Según los examinadores, el origen del problema radicaba en las bases de los mástiles (normalmente plastificadas), que impedían que el rayo fuera derivado a tierra. Sólo si los mástiles de la tienda estuviesen bien hundidos en la tierra sin aislante, existiría la posibilidad de que la descarga fuese derivada sin peligro para quien estuviese en el interior.
En cambio, el armazón de varillas de las actuales tiendas cupulares, se parece a una "Caja de Faraday". Pero no lo es, pues no es lo suficientemente tupido. Y menos aún si el varillaje es de fibra.
¿Que es una Caja de Faraday? --> Si rodeamos un espacio determinado con una caja metálica suficientemente tupida ("Caja de Faraday" según Michael Faraday, 1836), éste queda protegido de los campos eléctricos. Las cargas eléctricas se reparten sobre la superficie exterior de la caja sin afectar en absoluto al espacio interior.
Por el estudio del ADAC también pasaron caravanas y roulotes, llegándose a la conclusión de que, en ellas, el hombre está bastante seguro. Debido a su composición exterior metálica, se comportan como una caja de Faraday, por encima de la cual el rayo puede ser derivado. Naturalmente todas las ventanas y puertas han de estar cerradas, las antenas recogidas y las tomas de corriente desconectadas, dejando una buena distancia por medio.
Contra toda apariencia, también los teleféricos y los aviones resultan muy seguros contra la caída de rayos.
El hombre tiene la necesidad de protegerse frente a la lluvia y, si dispone de una tienda de campaña, por regla general buscará refugio en su interior. Pero esto puede resultar peligroso.
En el año 1980 un estudio del ADAC (Club Automovilístico Alemán), realizado en la Universidad Técnica de Munich, mostraba que las tiendas de campaña tradicionales (las de tipo “canadiense” con dos mástiles metálicos) son bastante peligrosas en una tormenta. Los rayos generados artificialmente en el laboratorio caían siempre sobre el transversal de la tienda de campaña, saltando luego una y otra vez sobre el muñeco de pruebas situado en el interior. Según los examinadores, el origen del problema radicaba en las bases de los mástiles (normalmente plastificadas), que impedían que el rayo fuera derivado a tierra. Sólo si los mástiles de la tienda estuviesen bien hundidos en la tierra sin aislante, existiría la posibilidad de que la descarga fuese derivada sin peligro para quien estuviese en el interior.
En cambio, el armazón de varillas de las actuales tiendas cupulares, se parece a una "Caja de Faraday". Pero no lo es, pues no es lo suficientemente tupido. Y menos aún si el varillaje es de fibra.
¿Que es una Caja de Faraday? --> Si rodeamos un espacio determinado con una caja metálica suficientemente tupida ("Caja de Faraday" según Michael Faraday, 1836), éste queda protegido de los campos eléctricos. Las cargas eléctricas se reparten sobre la superficie exterior de la caja sin afectar en absoluto al espacio interior.
Por el estudio del ADAC también pasaron caravanas y roulotes, llegándose a la conclusión de que, en ellas, el hombre está bastante seguro. Debido a su composición exterior metálica, se comportan como una caja de Faraday, por encima de la cual el rayo puede ser derivado. Naturalmente todas las ventanas y puertas han de estar cerradas, las antenas recogidas y las tomas de corriente desconectadas, dejando una buena distancia por medio.
Contra toda apariencia, también los teleféricos y los aviones resultan muy seguros contra la caída de rayos.