con cisnes y patos al que llaman el lago del amor.
Ya han cerrado todos los museos e iglesias pues son las cinco de la tarde,
por lo que nos dedicamos a pasear y ver la ciudad mas tranquilos, ya que la
mayoría de los turistas se han marchado y los belgas están preparándose
para la cena. Tomamos unas cervezas en una cervecería del siglo XVI