Subimos más al norte hasta llegar a Enkhuizen con un pintoresco puerto
rodeado de casas antiguas y con la torre Dromedaris construida en 1540.
No podíamos volvernos sin haber visto el colosal dique Afsluitdij, de 29
metros de longitud y que se eleva más de siete sobre el nivel del mar. Al
cruzarlo sólo se ve el mar interior, hay que llegar hacia la mitad del dique,
donde hay un lugar para parar y cruzar con un puente elevado al otro lado.
Desde allí ves el mar a ambos lados de la carretera y compruebas que el mar
esta más elevado que la autopista y que el mar interior. Había que agarrarse
bien porque el viento casi te arrastraba, pero es espectacular.
Cuando hemos llegado al camping el toldo estaba totalmente tirado en el
suelo por el viento que ha hecho durante el día.
Me enfadé con uno del camping porque estaba riñendo con muy malos modos
a unos chavales, que habían puesto a cargar los móviles en el servicio. La
verdad es que este camping tiene demasiadas reglas: no se pueden poner los
laterales del avance, no se puede poner suelo, se ha de aparcar la CV y
coche con el morro hacia fuera, las fichas de la ducha cuestan 1.25 euros
(además una se la ha tragado), y todo esto teniendo en cuenta que justo al
lado hay una enorme explanada de césped donde se ponen las tiendas (con
