Resulta ser un pueblo espectacular, construido dentro de unas murallas, con un palacio
enorme y sus jardines en la parte alta, a la que hay que subir con un gran desnivel, y desde
donde hay unas vistas panorámicas preciosas de todo el pueblo y alrededores, y una zona vieja
en la parte inferior atravesada por un río, en el que descienden barcas por una especie de
rápido, como actividad de aventura.
Todo el pueblo está perfectamente conservado, con sus edificios antiguos de colores, como es
costumbre en el país, y lleno de pequeños comercios de todo tipo, incluso algunos mercadillos
en la calle.
Hacemos un poco de picnic en un parque y continuamos.
Destacan los pequeños puestos que hay por todas partes de Trdelnik, que es una pasta típica
del país en forma de rulo grande, parecida a una especie de briox, con sabor a canela, y que
hacen en unos tornos asando a fuego lento, y servidos calientes. Buenísimos.
La visita resulta ser muy bonita y también agotadora, por el desnivel del pueblo, así que
después de visitarlo, y visto lo complicado de la carretera, decidimos poner la directa al
camping, para descansar, sacrificando unas cuantas visitas, aunque la ruta por carretera es
muy bonita y eso compensa algo.
Llegamos cansados al camping, cenamos y nos acostamos pronto, a ver si esta noche hay más
suerte.
4/08/12
Pilzen
Esta vez, siendo conscientes del problema que nos encontramos cada día debido a las
carreteras, decidimos madrugar un poco más, a las 7 h. para ir con más tiempo.
Hoy vamos a visitar Pilzen, la cuna de la bebida favorita de los checos.
Llegamos en el tiempo previsto, o sea, el doble de lo normal.
