Oh Portugal! ¿Por qué te quiero tanto?

En los siglos XVI y XVII el canal se volvió insalubre y muchas personas emigraron a pueblos sanatorios, donde aun hoy permanecen algunos de estos lugares, y curiosamente la Iglesia de la Misericordia se construyó en esta época La ría tiene 47 Kits de largo y 11 metros de ancho, es interesante el Barrio viejo, donde hay un merado de pescado, hoy casi vacío, en realidad la ciudad es modernista, eso si ,sus restaurantes son de lo más exquisito de Portugal, yo conocía las francsinhas pero no las había comido, así que aprovecho la ocasión, aunque a Manolo le ha dado por el cocido portugués, ya lo ha intentado en dos ocasiones, pero distaba mucho de uno que comió, no sé en cuantos años, que al parecer era exquisito y estuvo decepcionado en todos los lugares donde pidió cocido, pero la Francesinhas estaba de muerte, deliciosa, el postre no estuvo a la altura, de hecho en esta ruta, aquellos postres fabuloso de antaño, han desaparecido o no hemos sabido encontrarlos, así que con los pasteles de Belén que hay por todos sitios, llamados de nata y que son de crema y no de nata hemos ido satisfaciendo nuestra parte golosa Nos dirigimos a Barcelos y el tom tom nos ha llevado por una ruta infernal, Luis que encabezaba la marcha pide disculpas, pero es el mejor guía de carretas que hemos tenido nunca, prudente en la velocidad y explorando porque su caravana es mas pequeñita para ver si las ACS mas grandes podían pasar por las estrechas calles portuguesas Mañana queremos ver el mercadillo y como ya he dicho el tom tom ha fallado más que una escopeta de feria y hemos llegado de noche preguntando a la poli que nos ha mandado a una zona que estaba hasta la bandera de autocaravanas francesas, sitio muy incomodo frente al rio de Barcelos Kilómetros 218´7 N41º 31´42´´ W 8º 36´56´ Zona en Aveiro N 40º 38´31´´ W 8º 39´26´´ Día 7 Subimos al mercadillo que era enorme pero muy decepcionante, lo bonito las plantas, especies totalmente desconocidas El gallo de Barcelos es el símbolo de Portugal con una leyenda muy extraña Los habitantes de Barcelos sufrieron un robo e hicieron responsable de dicho robo a un peregrino que se dirigía a Santiago, s e le condenó a morir en la horca ,mientras, el juez reunido con sus amigos daban cuenta de un banquete, el peregrino negó y negó ser el culpable, aduciendo que si lo condenaban el gallo que había en la mesa podría cantar

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