cuqui
Participativ@
Aunque no son de montaña unas fotos siempre animan y recuerdan que estamos en verano. No son de este fin de semana que ha estado lloviendo (y sigue) sino de otro fin de semana anterior. Estábamos en la playa de la Griega, Colunga, donde hay huellas de dinosaurio, la misma por donde corre “El doctor Mateo” de la serie de televisión…..
La prole se bañó sin problemas e incluso Jose se bañó dos veces lo cual significa que el agua estaba muy buena. Ellas llevan traje porque no salen del agua desde que llegan hasta la hora de marchar y sin traje no aguantan. Con un par de horas de playa es suficiente y luego te vas a comer al camping, ya que está al lado del aparcamiento de la playa

Al atardecer y con marea baja la playa estaba con una luz preciosa. A las 9 de la noche había surferos

y algún paseante

Mientras las peques jugaban en la arena el padre intentaba pescar una lubina desde las rocas.

No estaba muy lejos así que lo teníamos controlado pues la marea empezaba a subir.

¡Y lo consiguió!, pescó dos lubinas en 20 minutos. El pescador contemplaba extasiado su logro.

Estaba anocheciendo y teniendo en cuenta que la marea ya estaba subiendo, quedarse sólo quizás hubiera supuesto alguna que otra lubina más para cenar pero todas esas rocas quedan cubiertas por la marea y podría haber quedado aislado en la más alta y luego salir escalando como que no…así que en contra de su voluntad nos fuimos.

Poder comer una lubina del Cantábrico que está tan fresca que tienes que esperar al día siguiente porque no tiene “rigor mortis” es una delicia de la que pocas veces se disfruta.
Fin de semana con todo lo ideal para la costa: sol (pero no excesivo calor), playa, mar no muy frío y como colofón lubinas del Cantábrico para cenar. Y lo más importante ¡por fin de camping!
La prole se bañó sin problemas e incluso Jose se bañó dos veces lo cual significa que el agua estaba muy buena. Ellas llevan traje porque no salen del agua desde que llegan hasta la hora de marchar y sin traje no aguantan. Con un par de horas de playa es suficiente y luego te vas a comer al camping, ya que está al lado del aparcamiento de la playa

Al atardecer y con marea baja la playa estaba con una luz preciosa. A las 9 de la noche había surferos

y algún paseante

Mientras las peques jugaban en la arena el padre intentaba pescar una lubina desde las rocas.

No estaba muy lejos así que lo teníamos controlado pues la marea empezaba a subir.

¡Y lo consiguió!, pescó dos lubinas en 20 minutos. El pescador contemplaba extasiado su logro.

Estaba anocheciendo y teniendo en cuenta que la marea ya estaba subiendo, quedarse sólo quizás hubiera supuesto alguna que otra lubina más para cenar pero todas esas rocas quedan cubiertas por la marea y podría haber quedado aislado en la más alta y luego salir escalando como que no…así que en contra de su voluntad nos fuimos.

Poder comer una lubina del Cantábrico que está tan fresca que tienes que esperar al día siguiente porque no tiene “rigor mortis” es una delicia de la que pocas veces se disfruta.
Fin de semana con todo lo ideal para la costa: sol (pero no excesivo calor), playa, mar no muy frío y como colofón lubinas del Cantábrico para cenar. Y lo más importante ¡por fin de camping!