Viaje por Alsacia y ruta romantica

101 Llegados de nuevo a la Marktplatz giramos a la derecha por la Hafengasse, una calle que nos lleva a la Torre de San Marcos, un arco de entrada a la ciudad que, al igual que la Torre Blanca que vimos esta mañana, formaba parte de la primera fortificación de Rothenburg. Data del siglo XII y está rodeado de grandiosas y bellas casas de entramado. Junto a este Arco se encuentra lo que antiguamente era la cárcel del pueblo y que hoy en día se usa como archivo municipal. Cruzamos el Arco y entramos en la Rödergasse. Nada más pasarlo, está la Fuente Röder (Röderbrunnen), que junto con el Arco Röder (Röderbogen) y la Torre de San Marcos anteriormente citada, forman un eje inolvidable. Salimos del casco histórico por el Arco de Röder, una Torre-Puerta que forma parte de la fortificación exterior de la ciudad. Es visitable y por lo que hemos podido leer hay una exposición de fotografías y documentos sobre la destrucción de Rothenburg durante la Segunda Guerra Mundial. Bordeamos la muralla y volvemos a la Schweinsdorfer Strasse para dirigimos al parking P3 donde tenemos la autocaravana. (Rothenburg ob der Tauber. Torre de San Marcos) Toca partir. Nos vamos de Rothenburg con la satisfacción de haber visitado una ciudad que no nos ha defraudado, es más, nos ha devuelto con creces la ilusión que por verla teníamos desde que nos planteamos hacer esta visita. Esta es, tan sólo, una breve descripción de uno de los lugares más increíbles que hemos tenido la oportunidad de visitar. Es una ciudad muy pequeña que no se tarda mucho en recorrer, pero que si se le dedica todo el tiempo que merece podríamos pasar aquí la vida entera. Es una ciudad única, romántica, mágica y maravillosa. Nos ha cautivado su ambiente auténtico y lleno de vida y de historia. El paseo por sus calles es como retrotraerse unos cuantos siglos atrás, y como alguien decía muy acertadamente, sólo hubiese faltado escuchar desde alguna casa el otrora famoso grito de “¡Agua va!”. Agua o nieve, porque nos imaginamos sus calles estrechas, sus tejados cubiertos de nieve y el mercado navideño en la Marktplatz y nos dan unas tremendas ganas de volver en diciembre. Hay mucho que ver aquí, y hay que tomarse su tiempo para visitar tantos lugares de interés y descubrir toda la belleza y el arte que la rodea. Nosotros nos hemos dejado muchas cosas sin visitar, otra vez será.

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