Viaje por Alsacia y ruta romantica

152 plaza más bonita de la ciudad y una de las más concurridas. No dejéis de pasear por esta adoquinada plaza, es un placer contemplar todo su entorno. De nuevo en la Steingstrasse nos sorprenden los fuertes contraluces que nos ofrece el sol incidiendo sobre la calle. El contraste es idílico, lo podéis ver en las fotografías. En poco menos de 10 minutos llegamos al barrio de la ciudad baja (Understadt), un barrio con sólo dos calles, una que da al lago y que invita a pasear, es la Seepromenade, y la otra, paralela a ésta, llena de edificios destinados antiguamente a la producción y almacenamiento del vino, la Understadtstrasse. En esta segunda calle hay infinidad de bares y terrazas, en las que los turistas y los vecinos de Meersburg imitan la fama de bebedores de cerveza que tienen los alemanes. Al igual que en Füssen las jarras de litro copan las mesas de las terrazas; la cosa está como para pedir un cañita sin alcohol… (Meersburg. Steingstrasse) Al final de ambas calles, ya en el pequeño puerto deportivo, se alza la imponente fachada de la Greadhaus, un antiguo granero situado en el mejor sitio de puerto. Los precios de los hoteles por esta zona os podéis imaginar cuales son, menos mal que el nuestro (el hotel) aunque más modesto y situado en la zona alta de la ciudad, es más acogedor y más propio e íntimo. Además, ¡¡¡que leches!!! lo que tenemos en nuestro hotel con ruedas no lo tienen estos ni de coña, ¿alguno de ellos tiene turrón del duro de las navidades pasadas…? Al final del muelle de la Seepromenade hay una estatua de algún famoso lugareño (desconocemos quién es) y a sus pies unos cómodos bancos de madera ideales para descansar un rato. La puesta de sol desde aquí, con el sol reflejándose en el lago y ocultándose tras la orilla suiza es inolvidable, de postal. ¿Y ahora quién es el guapo que sube hasta la parte alta de la cuidad? Armados de valor subimos por las escaleras que salen de la parte baja del Altes Schloss y tras pasar de nuevo por la Schlossplatz llegamos a la Marktplatz. Así leído parece muy fácil y corto pero no lo es. Mientras salimos de la Marktplatz, un Zeppelin NT sobrevuela la ciudad, creemos que se dirige a Friedrichshafen; es uno de esos vuelos turísticos que ya os comentábamos antes. Pero lo peor de la escalada asfáltica está por llegar, todavía nos queda llegar a la autocaravana. No os engaño si os digo que desde el puerto hasta el área tardamos más de media hora, una media hora que se nos hace más larga que los pantalones de Tachenko.

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