Viaje por Alsacia y ruta romantica

157 Capítulo 16 Lunes 20 de agosto de agosto (Meersburg Meersburg – Beaune, 430 km) El día se despierta con el cielo azul, alguna nube amenazante y bastante frío. Esta noche he dormido profundamente soñando con esta maravillosa parte del viaje que hemos hecho por Alemania. Mientras Inma hace las camas, enciendo la calefacción y preparo el desayuno. Javi no se ha despertado del todo; sentado en el sofá se le cierran los ojos por momentos. Después del desayuno, recogemos los bártulos y partimos camino de Beaune, nos esperan algo más de 400 km. Antes de nada. Si queréis hacer la misma ruta que nosotros, es decir, bordeando el Lago Constanza y posteriormente llegar a Friburgo a través de la Selva Negra, aseguraos (si vais con navegador) que no os manda al puerto de Meersburg para coger el trasbordador. Esa es la otra opción que hay, cruzar el lago en barco hasta la ciudad de Constanza y entrar a Francia por otra ruta. Pero como esa no es la que nosotros queremos, ignoramos las instrucciones del TomTom, damos media vuelta paralizando el transito del puerto y volvemos a la carretera que circunvala el lago. Tras la metedura de pata, continuamos la ruta atravesando pequeños pueblecitos y una zona de grandes viñedos y magníficas casas de campo en lo alto de las colinas. Después de parar a las afueras de Überlingen, donde compramos pan y croissants, ponemos rumbo a la Selva Negra. El paso por la Selva Negra, uno de los principales atractivos turísticos de Alemania, nos impresiona. No es de extrañar que los hermanos Grimm se inspiraran en estos bosques para escribir los cuentos infantiles que leíamos en nuestra infancia. Aquí fue donde se imaginaron al lobo que tenía un afán cansino por echar la casa de los tres cerditos abajo y por aquí también se imaginaron a la madrastra perseguir a Blancanieves hasta esta selva oscura y tenebrosa. Toda la zona es muy de cuento. Paisajes de valles verdes que se nos muestran en todo su esplendor a medida que nos vamos adentrando en ella; pequeñas casitas de madera salpicadas en medio de una gran pradera; subidas y bajadas de montañas por carreteras con curvas sinuosas todas ellas bordeadas de árboles enormes… lo dicho, como en los cuentos. La frondosidad es tal que parece que sea de noche, y es que en realidad, por ese motivo se le llama la Selva Negra, por la poca luz que pasa entre sus árboles. A las 12:55h entramos en Friburgo dando un agradable paseo en la autocaravana por sus calles circundantes. El paseo, para nada relevante en lo que a turismo se refiere, me recuerda la cantidad de veces que mi padre me hablaba de esta hermosa ciudad. Como creemos que se merece mucho más que esta visita tan somera, el año que viene volveremos para verla con amplitud. Bordeando el Rhin, entramos a Francia por la “frontera” de Mulhouse. Haciendo las paradas de rigor, nos devoramos los 240 km que nos separan de nuestro destino en unas 3 horas. A las 16:25h llegamos a Beaune, la pequeña ciudad de 22.000 habitantes que usaremos para pernoctar en su Camping Municipal.

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