Viaje por Alsacia y ruta romantica

158 Beaune El Camping Municipal de Beaune está situado a las afueras de la ciudad pero muy cerca de ella, a unos 10 minutos a pie. Es correcto aunque por debajo de la media de los campings franceses que conocemos hasta ahora. La parcela que nos dan está invadida en su parte trasera por las ramas de un árbol de la parcela de al lado. Con mucho tacto, posicionamos la autocaravana para no rozar con ellas. El recuerdo de experiencias pasadas hace que tomemos más precauciones de las necesarias. Al bajar de la autocaravana observo que sobra metro y medio por cada lado. No es lo que parecía, pecamos de excesiva prudencia, y es que como decía un poeta inglés: “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”. Acabado el almuerzo/merienda, y después de nuestro obligado café de la sobremesa, decidimos, sin muchas ganas, dar un paseo por la ciudad, por aquello de estirar un poco las piernas. Salvo los ornamentados e inclinados tejados del Hotel-Dieu, el Hospicio Medieval más bonito de Francia, nada más nos parece relevante. También es cierto que no recorremos todo el pueblo, pero es que ni hay intención ni ganas. Todas las tiendas están cerradas y las terrazas de los bares y restaurantes, a punto de hacerlo. Dicho esto, y después de deambular diez minutos por las calles de Beaune, casi desiertas, volvemos al camping. Para ir al cine y a los toros hay que ir con ánimos, de lo contrario la impresión que queda no es la más justa y equitativa. Ir sin ánimos tiene el peligro de sacar una conclusión errónea de la belleza de una ciudad, y este es el caso. Cuando regresamos al camping, el tiempo amenaza tormenta. Teníamos intención de cenar fuera pero hay cambio de planes, recogemos sillas, mesa y demás bártulos y nos montamos el ágape en el interior. A los diez minutos de iniciada la ligera degustación, ya cae con ganas. Las tormentas con paté de Bretaña son menos tormentas, pensará mi hijo. En un abrir y cerrar de ojos se acaba el tarro. ¡Bendito sea el creador! Excuso decir que la ligereza de la cena viene dada por el tardío almuerzo de esta tarde, aun así, Javi no perdona bocado, está en edad de ello. Sobre las once de la noche decidimos irnos a la cama. Mañana nos esperan casi 700 km. La Duna de Pilat es nuestro siguiente destino. (Beaune. Porte St. Nicolas)

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