Viaje por Alsacia y ruta romantica

21 De las 642 personas muertas, 18 pertenecían a familias exiliadas de republicanos españoles, de los cuales 9 eran niños que murieron con sus madres en la iglesia. Dos placas en las paredes de este cementerio, rinden homenaje a los mismos. Estos son los nombres de los 18 españoles que aquí murieron: Espinosa, Carmen (30 años). Gil Espinosa, Francisca (15 años). Gil Espinosa, Pilar (15 años). Gil Egea, Francisca (49 años). Lorente, Nuria (9 años). Lorente, Antonia (29 años). Masachs, Emilia (11 años). Masachs, Angelina (8 años). Serrano, José (29 años). Serrano, María (31 años). Serrano, Armonía (3 años). Serrano, Esther (1 año). Serrano, Paquita (1 año). Tellez, Domingo (45 años). Tellez, María (31 años). Tellez, Miguel (11 años). Tellez, Armenia (28 años). Tellez, Philibert (2 años). (Cementerio de Oradour. Sobre estas líneas, la imagen de la placa con los nombres de los españoles muertos) (Cementerio de Oradour. A la derecha, la tumba de cuatro de los 207 niños que murieron en la iglesia) Concluimos la visita volviendo por donde habíamos entrado. Las nubes, que habían amenazado lluvia durante toda la mañana, empiezan a descargar. Es el triste colofón a esta estremecedora visita. Volvemos al Centro de la Memoria, en cuya tienda nos refugiamos durante un rato hasta que deja de llover. En ella pueden comprarse libros, postales o vídeos explicativos de lo sucedido. Nosotros hemos comprado un libro que nos habían recomendado: “Oradour/Glane, Notre village assassiné” escrito por uno de los supervivientes de la masacre, Robert Hébras. Aunque el texto viene en francés, es fácilmente comprensible y está lleno de datos y fotografías de antes y después de la destrucción del pueblo. Os lo recomendamos, es muy completo. Los beneficios de las ventas de la tienda se destinan a sufragar el gasto de mantener la Villa Mártir de Oradour en pie. Son casi las 16:00h y damos por terminada la visita. Cogemos nuestra autocaravana y nos vamos al área de AC’s que hay a las afueras del nuevo Oradour. Allí nos posicionamos cómodamente y nos disponemos a almorzar, sí, a almorzar, casi a las cinco de la tarde; esa hora nuestra tan taurina es a la que hoy vamos a comer, un poco tarde para tal menester pero así es. Nuestros

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