40 Volvamos a la vida mundana del turista. Bajando por la calle de la pastelería llegamos a la Plaza de la Catedral, allí se encuentra la iglesia colegial de San Martín, un templo de 1375 en el que hay que destacar las esculturas de los pórticos, las vidrieras que dan una luminosidad muy particular al interior, la Última Cena representada por pequeñas figuras de madera en una oscura capilla y el órgano del siglo XVIII que no hace mucho fue restaurado. No le dedicamos todo el tiempo que se merece porque nos quedan muchas cosas por ver pero la iglesia merece una visita más amplia. Salimos de San Martín y tras pasar por la pequeña rue Mercière, llegamos a la rue des Marchands, donde se encuentra la casa más fotografiada de Colmar, la Maison Pfister, con su esbelta torre con escaleras, su fachada con varios niveles de galerías y su balcón de madera, sin duda alguna se ha convertido con el tiempo en símbolo de la ciudad, y motivos no la faltan. La casa Pfister, construida en 1537, es un bonito edificio de construcción medieval y de estilo gótico. Está adornado con los retratos de los emperadores Maximiliano, Carlos V y Fernando I y fue mandada construir por Louis Pfister, un adinerado empresario que, por lo visto, tenía el dinero por castigo. Cuentan que se le hubiese acababado antes la paciencia que el dinero… En la esquina de la casa contigua a la Maison Pfister (esquina de la rue Mercière con la rue des Marchands) se puede ver la curiosa figura de madera de un estirado mercader de Colmar de 1419. (Colmar. Rue des Marchands. Maison Pfister)
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