54 aire tan particular que tiene este rincón de la Alsacia. En el centro de la misma, y casi tapada por el escenario habilitado para las actuaciones musicales, se encuentra la estatua de Santa Odile, esculpida en 1904 y de la que más adelante hablaremos. Este sitio es, sin lugar a dudas, el más bonito de la villa. (Obernai. Place du Marché) El ayuntamiento, con elementos decorativos de los siglos XIV al XIX; el Halle aux Blés (antiguo almacén de granos) donde hay preparadas dos carpas con mesas y sillas para que cenen las autoridades locales; y el Beffroi (Campanario), originario del siglo XIII, también se encuentran en esta coqueta y festiva plaza. A la vuelta de ésta, y en plena acera, podemos ver el Puits á six seaux (Pozo de los seis cubos), un pozo de estilo renacentista del siglo XVI perfectamente decorado con columnas e inscripciones del Nuevo Testamento. A escasos metros está la iglesia de Saint Pierre y Saint Paul (San Pedro y San Pablo), enorme en sus dimensiones y en cuyo interior hay que destacar el altar gótico del Santo Sepulcro y unas vidrieras del siglo XV. Merece la pena su visita aunque a nosotros nos coge la misma en plena misa y no la podemos ver como quisiéramos. Detrás de esta iglesia, y muy cerca de la plaza del mercado, podemos ver un pequeño y modesto cementerio. Es extraño ver lápidas a tan sólo unos metros de donde se están celebrando las fiestas del pueblo. Frente al camposanto hay un sencillo monumento como homenaje a los caídos en las guerras de Indochina y la Primera y Segunda Guerra Mundial. Un monolito de piedra con una placa conmemorativa y, detrás, en el muro que bordea el cementerio, una enorme placa de mármol con los nombres de quienes han muerto en cada contienda; estos son los recuerdos para los hijos de Obernai muertos por la Patria. Para dar más énfasis al lugar, lo corona la inscripción: “Obernai a ses enfants morts pour la patrie”. Volvemos a la plaza para recorrer sus calles adyacentes y nos topamos de lleno con una de estas que están repletas de restaurantes con sus correspondientes terrazas. Es este punto nos encontramos con el dilema de si cenamos en la autocaravana o aprovechamos la coyuntura y nos cenamos el Choucroute que llevamos desde ayer con ganas de probar. La verdad es que las
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