63 acuartelamiento para las tropas y que además podía provocar con sus compuertas la inundación de la parte sur de la ciudad en caso de asedio. Desde la terraza panorámica situada en la parte más alta del edificio, el paisaje es excepcional. Les Ponts Couverts, la Catedral y la Petite France son algunas de las maravillosas vistas de las que se puede disfrutar. Las fotografías que podéis ver tanto aquí como en el álbum fotográfico al final del relato así lo demuestran. Resulta curioso ver como las barcazas turísticas que surcan el río giran y giran para ir de un lado a otro. Hacen con los turistas lo que quieren… Por cierto, la subida a esta terraza panorámica se hace pasando por un almacén de estatuas de piedra, la mayoría de ellas en bastante mal estado, un lugar bastante lúgubre. Las micciones en la pared es otro de los claros ejemplos de degradación del lugar, cagadas de palomas aparte. El acceso es gratuito (sólo faltaría que cobrasen). (Estrasburgo. Le Ponts Couverts desde Le Barrage Vauban) Desde aquí arriba, y en la parte de atrás, también puede verse el Hotel du Département, un moderno edificio de hierro y cristal que desentona bastante con el entorno. Es el momento de bajar de la terraza para ver un barrio que nos transportará a otro siglo, La Petite France, un lugar de ensueño donde vivían en otros tiempos molineros, pescadores y curtidores de pieles. Parcialmente peatonal, se encuentra atravesado por canales con esclusas para salvar los desniveles con los que cuenta el río Ill. El tema esclusas nos tiene obnubilados durante un rato, es la primera vez que vemos como funciona, ser de interior tiene esas cosas. Las coloristas casas de entramado de madera, típicas de los siglos XVI y XVII adornadas de flores, sus grandes e inclinadas azoteas, sus áticos abiertos para secar las pieles, los parques a la orilla del río llenos de sauces llorones por cuyas ramas se cuelan los últimos rayos de sol del día, las estrechas callejuelas repletas de tranquilos paseantes deseosos de que el tiempo se detenga en esta atmósfera mágica… Todo esto es lo que puede verse y sentirse cuando entramos a este pueblo de cuento infantil. Recorrer todo el barrio no nos lleva más de una hora y media pero el momento
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