88 En 25 minutos salimos del jardín. No conviene abusar ya que somos los únicos visitantes que aun están en su interior. Sorprendentemente nadie nos dice nada. Tras atravesar la “puerta del pecado”, un puente de piedra y una pequeña callejuela con casas de entramado de madera nos devuelve a la Marktplatz. Si volvemos la vista hacia el castillo, podemos ver las casas bajas de la servidumbre de palacio construidas en forma semicircular. La parte central de éstas deja libre el acceso, a través del puente, a la entrada principal del palacio. De la Marktplatz de Weikersheim podríamos decir, si temor a equivocarnos, que es de una composición casi perfecta. El ayuntamiento barroco, la fuente rococó en el centro de la misma, el Museo Municipal de la Región del Tauber, la espléndida iglesia gótica de St. Georg, las terrazas llenas de gente disfrutando de una tarde maravillosa… todo aquí es armonioso, ordenado, perfecto, único. Pocas plazas (salvo alguna que nos queda por ver) pueden reunir tanto encanto y tanta magnificencia como reúne esta. Y no exageramos un ápice, ya lo comprobaréis si pasáis por aquí, eso sí, venid con tiempo para que podáis disfrutar en su totalidad de la visita, incluyendo, por su puesto, la entrada al palacio. (Weikersheim. Marktplatz) Bajando por la Hauptstrasse, en una de la callejuelas encantadoras que desembocan en ella, encontramos la preciosa Rosenbrunnen (fuente rosa), una fuente adosada a los bajos de una casa de entramado con un mirador en forma de balcón. Un pequeño grupo de curiosos se agolpan a su alrededor para hacerse fotografías. En esta misma calle, y ya saliendo de la ciudad, pasamos por la Gästurm, una torre convertida en el Museo en el que se refleja la historia y la evolución de Weikersheim.
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