Viaje por Alsacia y ruta romantica

97 Para salir de la plaza hay dos opciones: seguir por la Herrengasse, una calle que está repleta de restaurantes y de tiendas de recuerdos, hasta la puerta del Castillo, o bajar por la Obere Schmiedgasse hasta la Plönlein, una plaza que muestra en todo su esplendor la belleza de Rothenburg y de la Alemania medieval. Vamos a elegir la primera opción, iremos a ver la puerta de castillo con su jardín, después iremos a la Plönlein. Bajando por la Herrengasse nos encontramos a la izquierda con el Museo de Muñecas y Juguetes, en cuya puerta podréis ver un mini-bus rojo antiguo lleno de paquetes de regalos; el Museo Alemán de la Navidad, al cual no entramos porque no nos pega nada ver a Papá Noel en pleno mes de agosto, somos así, además, de todos es sabido que Papá Noel es un invento de la Coca-Cola y un impostor, lo que yo no sabía es que ese embaucador le usurpó el rol popular de repartir regalos a un personaje que por aquí todavía se recuerda, nos referimos a San Nicolás; la Herrenbrunnen, una preciosa fuente que está en fase de restauración; la iglesia de San Francisco, hoy cerrada por motivos que desconocemos (el cartel con el aviso está en alemán) y, al final de la calle, la Puerta del Castillo. Antes de llegar a la puerta, a su derecha está el Figurentheater, un pequeño teatro de títeres para adultos. Por la Burgtor, se accede al Jardín del Castillo (Burggarten) un relajante espacio en el que el castillo brilla por su ausencia (un terremoto lo destruyó en 1356, no os volváis locos buscándolo). El único edificio que queda en pie es una pequeña iglesia, la Blasiuskapelle, que en su día formó parte de la fortaleza imperial y que hoy es usada para honrar a los caídos. Desde el lado sur del jardín pueden contemplarse unas magnificas vistas sobre el verde y coqueto valle del Tauber y sobre algún que otro puente, iglesia y molinos históricos que jalonan el recorrido serpenteante del río. Gratificante y bella es también la explosión de colores que provoca la decoración florar del recinto, aunque si hay algo que agradecerle a éste son sus bancos de forja y madera, porque descansar, lo que se dice descansar, se hace de maravilla en los que a lo largo y ancho del jardín, hay colocados a tal efecto. (Rothenburg ob der Tauber. Burggarten con la Burgtor al fondo)

RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy