Sábado, 4 de agosto
Hoy nos cambiamos de ciudad. Llegaremos a Trogir, pero antes
viviremos unas cuantas aventuras. Fuimos por la autopista del interior en
la que hay muchos túneles y peajes. En uno de los peajes repartían una
botella de agua por persona. A veces se circulaba bien, pero en una
ocasión tardamos una hora en hacer tres kilómetros. Cuando nos
dispusimos a buscar camping la carretera de la playa estaba horrorosa,
los camping completos y nos quedamos atrapados en una calle sin
salida en lo alto de un pueblo. Nos ayudaron a desenganchar para
poder dar la vuelta. Nos indicaron de otro camping y fuimos para allá.
Cuando encontramos el desvío era pendiente muy pronunciada hacia
arriba y además muy estrecho. Por allí nos metimos. A los pocos metros
se acabó el asfalto y recorrimos como 800 m. De un camino muy
pedregoso hasta el camping. Cuando llegamos al camping nos dicen
que elijamos parcela ¡Pero si sólo les queda una!, pero hay más, la luz
viene de un generador y a las 12 de la noche desconectan. Te dan una
llave para que puedas utilizar los baños. Nos quedamos esa noche con
la intención de levantarnos temprano e irnos con el coche a buscar otro
camping. Cuando Fernando y Noelia ya estaban acostados, Rubén y yo
nos fuimos a la playa para ver la luna reflejarse en el agua. Hacía frío.
Nos sentamos en una tumbona, abrazados. Estuvimos poco tiempo pero
a Rubén le encantó esta aventura.
