Seguidamente nos vamos a Quedlimburg, esta preciosa ciudad no sufrió daños en la II guerra mundial, por lo que la convierte en una de las ciudades renacentistas más bien conservadas de Europa (por lo menos es lo que leí en un artículo…). Posee unas 1.200 casas de entramado de madera y eso la ha hecho formar parte de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Llegamos a un parking de zona azul y unas personas muy amables nos dan su tique porqué se marchan y quedan horas de sobras. De paso nos dicen en inglés. It’s a very beautiful city!. ¡Que majos! Cuando llegamos a la plaza del ayuntamiento yo me quedo literalmente con la boca abierta. Es realmente espectacular. Callejeamos un buen rato y constatamos que realmente vale la pena la visita, solo un pero… Como no aguantamos demasiado bien el calor, nos cuesta tirar con esos 32º. De vuelta al camping, descansamos un poco, dejamos las cámaras de fotos y nos vamos a Erfurt. Hemos quedado con mi amigo para tomar unas cervezas. Nos lleva a un bar antiguo que hacen su propia cerveza. Subimos arriba con la intención de pillar una mesa fuera, en una especie de balcón que da al río y desde el cual se ve el Krämerbrücke. Esperamos un poco hasta que una mesa queda libre. Charlamos hasta que llega la hora de marcharnos. De vuelta al coche, vemos que hay mucho ambiente en las terrazas de los bares y restaurantes. Nos despedimos con un: “nos vemos en dos meses”, pues va a ir a Terrassa unos días en octubre para reencontrarse con los amigos que allí dejó. Llegamos casi a las 22:00 al camping y picoteamos un poco antes de ir a dormir. Hoy no hay partida de cartas. Temperatura máxima 32º (ideal para la playa, pero no para patear ciudades) Quedlimburg
RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy