Lunes 12/08/19 Como es habitual, nos despertamos temprano, creo que nuestro reloj interno aún va con horario laboral… Hace buen día y después de desayunar, nos vamos a Heildelberg. Estamos muy cerca y llegamos en pocos minutos. Aparcamos en un parking cubierto que está al lado del río y muy cerca del puente de Karl Theodor. Lógicamente lo primero que hacemos es ir hacia allí, aprovechamos que es temprano y no hay casi nadie. La verdad es que desde el centro del puente se tienen unas vistas excepcionales de la ciudad, en un extremo la puerta de la antigua muralla con sus dos preciosas blancas torres y detrás, la ciudad vieja con sus campanarios y coronada por su castillo. Vaya, una postal. Después de inmortalizar el momento con toda la artillería, (cámaras móviles y demás…), paseamos por su vacío y tranquilo centro hasta llegar al funicular que nos subirá hasta el castillo. El precio del funicular + castillo nos cuesta a los tres 20€. Subimos super rápido y lo primero que hacemos es ir hasta uno de los miradores para ver las espléndidas vistas de la ciudad. Entramos en el museo de la farmacia que dispone de algunas salas con mobiliario, tarros, destiladores y otros antiguos utensilios. Está todo muy bien expuesto y una de las salas me recuerda a las películas de Harry Potter. Aunque fuera se está muy bien de temperatura, dentro hace bastante calor. Lo siguiente que visitamos es una sala donde hay la barrica más grande del mundo. Es enorme, “solo” caben más de 200.000 l. Esperamos a que se marche un grupo, e intentamos sacar alguna foto en la que quepa esta barrica. Difícil porqué llena completamente una sala. De vuelta al casco antiguo, vamos a Hauptstraße, es una calle muy larga, dónde hay mayoritariamente comercios y restaurantes. Paseamos por sus plazas, sus terrazas llenas ahora de turistas e innumerables grupos de japoneses (muchos, de verdad de la buena). Cuando preparaba el viaje, busqué dónde comer codillo y todos los caminos me llevaron al Palmbrau Gasse. Críticas muy buenas y no sin razón. ¡¡¡¡El trato excelente y la comida rica, las raciones son enoooormes!!!! Xavi pide codillo, como no, creo que soñaba con él desde el día que decidimos ir a Alemania. Ariadna un Snitzel (gigante) y yo una ensalada XXL. Ni ella ni yo podemos terminarnos nuestros platos. El codillo es realmente espectacular. El precio, bueno… barato no es. Pagamos 75€ por los tres platos y las bebidas, pero salimos que no nos cabe ni el postre. Si volviera, creo que pediría dos platos para los tres. Saliendo vamos a tomar café a un Starbucks y paseamos un rato más para digerir un poco la cantidad de comida. Heidelberg
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