Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 154 Hoy en día ya no se entierra a nadie en este cementerio, entre otras cosas porque no hay espacio material. En él se pueden ver algunas de las tumbas de personajes clave de la vida hebrea, como la del Rabino Löw, al que se atribuye la creación del Golem, un gigante de arcilla que estaba bajo sus órdenes cobrando vida por las noches cuando su amo le ponía un pergamino en la boca. Una noche, el Rabino se olvidó de quitarle el pergamino de la boca, y según la leyenda, se escapó sembrando el pánico. Todavía hoy no se le ha podido encontrar, y por lo tanto, es posible que aún recorra las calles del Barrio Judío por las noches. La tumba del Rabino es fácilmente reconocible por el gran tamaño que tiene. Está adornada con una piña y en la lápida se encuentra el dibujo de un león. No es extraña por lo tanto, la paradoja de la muerte cohabitando con la vida en pleno centro de la capital. Saliendo del Cementerio y de la Sinagoga Pinkas, por una escalera exterior que hay a la izquierda, accedemos a la Casa de los Muertos. La Sala Ceremonial de la Sociedad Funeraria del barrio Judío de Praga, fue construida en 1911 y actualmente se usa como lugar de exposición. Tanto la planta baja como el primer piso están dedicados a temas relacionados con la medicina en el Ghetto, con la muerte y con los cementerios de las comunidades judías de Bohemia y Moravia. En esta sinagoga se preparaba a los muertos embalsamándolos para que pudieran ser enterrados. A la derecha del cementerio, se encuentra la Sinagoga Klaus. Construida en 1694, alberga en su interior una gran colección de textos hebreos y una explicación de la importancia de la sinagoga en la comunidad y las diferentes fiestas de los judíos.

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