Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 165 Regensburg (Ratisbona) - Estado: Baviera (Alemania) - Región: Alto Palatinado - Distrito: Regensburg - Habitantes: 141.000 - Altitud: 342 metros sobre el nivel del mar - Coordenadas GPS: N 49º00’ 59’’ / E 12º 06’ 03’’ - Temperatura el día de la llegada: 29ºC (16:00h) Regensburg Baviera A veces, una ciudad te hace un guiño. Te invita a descubrirla, a recorrerla, a apreciarla en toda su belleza, a conocerla de verdad. Sólo hay que estar abierto, sensible. Sólo hay que dejarse enamorar. Y estar receptivo a ello. Por todo eso, en una tarde de agosto, nos dejamos enamorar por una ciudad que nos ha sorprendido por su belleza, por su encanto tan particular. Por ella. Por Regensburg. Con la tranquilad de que al final nosotros no hemos sufrido daños en el accidente, a las 16:00h, y después del mal trago de la salida de Praga, llegamos a Regensburg. El parking donde dejamos la autocaravana no es un cinco estrellas pero está limpio, bien situado y es gratuito. Además, las vistas del impactante Danubio a su paso por la ciudad son una gozada. Visitar y disfrutar de la ciudad que vio nacer a Juan de Austria, el ganador de la batalla de Lepanto para España, era una de las metas de nuestro viaje. No por Don Juan en sí, que también, sino más bien porque Regensburg tiene historia y es historia. Prolija, limpia, florida, íntima, cálida, mística, cultural e histórica. Así es Regensburg, también conocida por Ratisbona en nuestro idioma castellano, una maravilla donde no abundan los lujos, pero donde se respira un ambiente que la hace un lugar muy especial. El pasado glorioso de Regensburg se percibe nada más pisar sus calles. Es una de las ciudades medievales más bonitas de Baviera y tiene además, como ya os hemos dicho, una historia impresionante a sus espaldas. Visitar Regensburg es, para resumirlo brevemente, viajar al pasado sin máquina del tiempo, a una metrópoli de la Edad Media que fue la primera capital del estado de Baviera. Lo ideal para entrar a la ciudad es hacerlo a través del Steinernebrücke, una obra maestra de ingeniería medieval que mide 330 metros de longitud y que data del siglo XII. Se trata además del puente de piedra más antiguo de Alemania, y se dice que sus dieciséis arcos sirvieron como modelo para la construcción del Puente Carlos de Praga. Habrá que creérselo porque intuyo que ninguno de los que estamos por aquí estamos en disposición de decir lo contrario. Lo que sí es cierto es que este puente que cruza el Danubio es uno de los referentes para que Regensburg fuese declarada Patrimonio de la Humanidad en el 2006.

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