Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 198 La habitación Tapiz Oeste, es una estancia extremadamente recargada llena de color. Como el Rey Luis II sentía predilección por el estilo francés del Rey Sol, hizo una réplica de una estancia del Rey Luis XIV en Versalles. Una especie de piano con una decoración muy llamativa y un faisán tallado en oro son piezas destacadas en esta habitación de la música. La Sala de Audiencia, originalmente diseñada para ser Salón del Trono, es una estancia rica en adornos. El dorado está por todas partes: relojes, chimeneas y muchos objetos en oro. Mesas de malaquita, cortinas de seda, lámparas de cristal, tapices, jarrones. Todo hace de esta sala una verdadera joya. La Alcoba, que fue diseñada en 1871 por Ángelo Quaglia, se amplió en 1886 por deseo de Luis II. Es la estancia más grande del Palacio. Una impresionante cama dorada vestida con telas de un azul intenso, preside la habitación. Una balaustrada dorada rodea la cama dando la impresión de estar aupada en un altar. En esta habitación hay una lámpara de araña con luces de cristal con 108 velas que pesa 500 kg. Las esculturas de mármol, los estucos y los murales con escenas mitológicas son testimonio del gusto por la pomposidad y la mitología del Rey. La ubicación de esta habitación es la mejor del Palacio, ya que está en la parte central con vistas a la Cascada Norte. El Comedor, es una habitación ovalada decorada en tonos rojos. La abundancia de dorados sigue siendo protagonista en esta sala. En el centro hay un curioso invento: una mesa con un mecanismo que hacía que pudiera subir y bajar a la cocina para evitar que el servicio estuviese en contacto con el Rey. He leído por ahí que incluso la excentricidad del Rey llegaba al extremo de ordenar a los sirvientes servir la mesa para cuatro comensales, ya que a Luis II le gustaba hablar con gente imaginaria como Luis XIV, Madame Pompadur o María Antonieta. En otras dependencias del Palacio se pueden admirar retratos de estos tres ilustres personajes. La habitación Tapiz Este, es una sala decorada con escenas de la mitología grecorromana. En esta habitación está el cuadro de las “Tres Gracias” de Bechler. Toda la estancia sigue la misma tónica que las otras salas que hemos visitado hasta ahora: exuberancia en la decoración, lámparas, dorados e infinidad de objetos decorativos. A estas alturas de la visita, me dan un segundo aviso para que no siga haciendo fotos en el interior. De hecho, hasta se llegan a mosquear porque tomo notas en mi pequeña libreta. El Salón de los Espejos, es la estancia más grande de Linderhof. La alcoba del Rey está en la zona norte, y el Salón de los Espejos en la zona sur del Palacio. Es una sala que impresiona por su fastuosidad, como casi todas. Fue diseñada por Juan de Paz en 1874 y está totalmente recubierta de espejos incrustados en las paredes. La colocación de éstos imita ilusiones ópticas. Las impresionantes lámparas de araña y los espejos dan una sensación de luz y profundidad majestuosa a la habitación. Sentado en un banco que hay en un saliente del salón, Luis II admiraba los efectos ópticos que producía el montaje. Era una de sus salas favoritas cuando estaba en Linderhof. Pero si el interior es espectacular, los jardines que rodean Linderhof no lo son menos; su visita es obligada por su maravilloso paisajismo. Como el Palacio está edificado sobre un valle muy empinado, las zonas ajardinadas están construidas en terrazas. Veréis zonas inspiradas en jardines ingleses, otras en jardines franceses como Versalles, influencias de la mitología grecorromana y zonas con influencia marroquí ya que el Rey tenía especial admiración por este país.

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