Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 207 Comenzamos la visita al pueblo precisamente en la Pilatushaus, una casa/museo con galerías de arte y talleres artesanos. Entre troncos de olivo, platos de cerámica, muñecos de madera y juguetes típicos infantiles, discurre nuestro paseo por las distintas estancias de la casa. Los artesanos confeccionan sus obras con una maestría que nunca habíamos visto. Ante nosotros, y en cuestión de minutos, uno de ellos dibuja una escena religiosa en un plato de cerámica. Otro está tallando un burro en un tronco de madera; todo un arte hipnótico que con la habilidad que lo hacen hasta parece fácil. Y es que no hay que olvidar que la talla en madera es un aspecto importante en Oberammergau desde hace más de 500 años; son pues, auténticos maestros. Pero no sólo en la Pilatushaus se pueden comprar figuritas de madera recién fabricadas o ver cómo las elaboran. Todo el pueblo está lleno de tiendas y talleres donde se compran santos, platos, tenedores o trenes de madera. Con todo esto, la fama turística de Oberammergau no sólo se debe a sus bellísimas casas o a su arte en el tratamiento de la madera, más bien se lo debe a una tradición que dura ya más de 375 años: La Representación de la Pasión de Cristo. El origen de la representación se remonta a 1633 cuando la virgen libró al pueblo de una epidemia de cólera que estaba haciendo estragos en toda la región. En agradecimiento, sus habitantes prometieron que cada diez años escenificarían la Pasión de Cristo. En esta representación, la más famosa del mundo, se recrea desde el año 1634 la vida, muerte y resurrección de Jesucristo en un evento único que atrae a miles de visitantes.
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