Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 209 Los restaurantes, los biergarten, las heladerías y las pequeñas terrazas de los pequeños hoteles atraen y pretenden entretener a la pequeña masa humana que pasea ajena a lo que ocurre en el resto del mundo. Bajo las farolas de la Dorfstrasse, Oberammergau se prepara para no dormir hasta pasadas las once de la noche, y eso por aquí es una excepción… Las jarras de cerveza corren por todos los rincones de las cervecerías, donde entonamos un brindis por estar aquí y en cualquier parte, en un punto de muchas miras, sumergidos en un paseo por el mundo, nuestro mundo, el que nos gusta, el que nos apasiona. En fin, que la conclusión de Oberammergau es que nos ha cautivado, porque tiene ese sabor propio que es difícil de describir, ese que sólo se siente cuando lo ves. Nos ha atrapado por su autenticidad. No dejéis pasar la oportunidad de recorrer y de vivir este encantador pueblo de la Baviera alemana. Volvemos al parking por la Ettalerstrasse en medio de una terrible nube de mosquitos. La “blanca familia” siendo atacada por un ejército de trompeteros es todo un espectáculo. Al llegar a la autocaravana, valoramos los daños y no son excesivos, sólo Javi presenta varias erosiones en forma de granitos enrojecidos. Nada que la Talquistina no calme.

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