Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 238 Como preveíamos, este viaje se está convirtiendo en una extensa cata de cervezas alemanas. Y es que Bamberg no es sólo uno de los cascos antiguos más grandes y completamente preservados de Europa desde hace mil años, también es un paraíso para los aficionados a la cerveza. Tiene nueve cerveceras privadas fabricando más de cincuenta tipos diferentes. Si visitáis esta ciudad, comprobaréis como rebosa de cervecerías antiguas y curiosas. Dada nuestra afición por probar las cervezas locales allá por donde vamos, hoy le toca el turno a la ahumada de Bamberg. Os recomendamos la Alt-Bamberg Dunkel, con un ligero aroma a humo, nada que ver con el sabor a chorizaco ahumado de la Glops de Llúpols i Llevants que una vez compramos en un Hipercor de Madrid, por poner un ejemplo. A los amantes de esta bebida, os llamará la atención la gran variedad de cervezas que hay en Alemania, cada ciudad tiene media docena de marcas con tres o cuatro variedades cada una. Ahumadas, con alcohol, sin él, con alta graduación, con baja, con sabor a limón… y como ya os hemos dicho antes, Bamberg posee más de cincuenta. Por cierto, data la curiosidad que nos entra por saber cómo se hace la variedad ahumada, le preguntamos a un barcelonés que trabaja en un biergarten de la Karolinenstrasse y nos cuenta que el ahumado de las cervezas de Bamberg consiste en el uso de humo directo para el secado de la malta y parar así la germinación de la cebada, lo que le da ese aroma tan característico. Este sistema era el más utilizado antiguamente, en el caso de la Alt-Bamberg Dunkel data de 1718, pero en la actualidad casi todas las cerveceras alemanas lo han sustituido por otros medios más “limpios”. Aun así, aquí se sigue utilizando el sistema tradicional.
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