Alemania y Praga, un viaje por el patrimonio de la humanidad

Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 40 Monschau Hoy creo que es martes. El día amanece plomizo y sigue lloviendo a cántaros. En el exterior sólo hay 13ºC y de las ocho autocaravanas que había anoche, sólo quedamos cuatro. Qué madrugadores son algunos. Inma no se ha levantado demasiado bien; ya lleva algún día con dolor de tripa y aunque como siempre, tenemos mucha precaución con los hábitos alimenticios durante las vacaciones, es casi inevitable que en algún momento del viaje aparezcan pequeños problemas. Después de un copioso desayuno para entrar en calor (Inma toma lo justo), nos pertrechamos de nuestros respectivos paraguas y chubasqueros y nos disponemos a ver una de las joyas ocultas que tiene Alemania: Monschau. Monschau abre un espacio al placer de los pulmones y una ventana al pasear de nuestra imaginación. Como inmersos en un cuento nos vamos a adentrar en sus pequeñas callejuelas y respiraremos el olor de su entorno, signo de vida. Este pequeño y pintoresco pueblo que parece no encontrarse en el mapa (en algunos no busquéis porque ni viene), exige acercarse a él melancólico, enamorado, sin frivolidad. Sus calles empedradas suben y bajan abruptamente acompañadas de escaleras infinitas.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy