Viajes por Europa (IV parte). Alemania y Praga: Un viaje por el Patrimonio de la Humanidad 82 La ciudad de Goslar se caracteriza por ser un gran ejemplo de la arquitectura típica alemana, donde su centro histórico fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1992. Toda la ciudad es un museo vivo en el que nos vemos reflejados en cada esquina, en cada plaza. No suelo insistir mucho en las recomendaciones de visitar ciudades, pero si tenéis la oportunidad, no dejéis de visitarla porque, a través de sus casas, de sus monumentos y del ambiente que se respira en sus calles, comprenderéis un poco mejor el porqué de mi recomendación. A cada rato se oye la campana de un tren de turisteo que hace sonar su campana intentando sacar de la nada a unos cuantos clientes que paciente esperamos su llegada. Cansado de mover el brazo, el fornido alemán de poblado mostacho se sienta y cruza los brazos mientras su rubia compañera expende los ticket a los que ya estamos sentados en el vagón de cola. El agradable paseo no dura más de 40 minutos y se hace ameno y agradable. El trenecillo turístico sale desde la Fleischscharren, frente a la Schuhhof Platz, pegadito a la Marktplatz, y el precio de los tickets es de 11,50€ por tres personas. Recomendable. Para comer optamos por entrar a una especie de restaurante italiano regentado por alemanes. Distintos tipos de pasta, pizzas, hamburguesas y sándwiches de todos los tamaños y sabores forman parte de la carta que tiene una extensión no muy larga, aun así, parece tener una variedad suficiente. Lo malo es que todo viene en alemán y en inglés. Para disimular un poco nuestro desconocimiento en lenguas extranjeras, optamos por pedir tres sándwiches de jamón y queso con una salsa rosa de una pinta excelente y,
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