Un verano por francia

11 Día 6. El Mont Blanc. “4 de la mañana, ya suena la campana…” (si recuerdas a Tequila, joven no eres…) Madrugón, aún es de noche. Curiosamente, nadie se queja: otros días, levantándonos mucho más tarde, mis hijos no paran de rezongar diciendo que es vacaciones y que en vacaciones no se madruga, etc. Pero hoy no: las expectativas son altas, no siempre se sube a un pico a casi 4000 metros… Llegamos al teleférico antes de que abran. Nos rodean decenas de alpinistas con sus equipos; luego nos enteramos de que el teleférico de la aguja les permite hacer el ascenso al Mont Blanc y vuelta en el día, cogiéndolo para la subida y la bajada. Puede parecer tramposo, pero peor es lo nuestro, que vamos de domingueros a hacernos la foto en lo alto sin dar un paso… El ascenso se hace en dos fases: un primer teleférico hasta mitad de altura, y trasbordo a un segundo que te deja en lo alto de la aguja. La verdad es que mirar tu destino desde Chamonix impresiona: parece increíble que vayas a subir hasta la cima de ese picacho, allí en lo alto, colgando de un cable. Más de 3000 metros de subida desde el valle, a un pico más alto que cualquier montaña de España.

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