Un verano por francia

12 El primer tramo está bien, pero el segundo es espectacular. En el segundo teleférico tienes la sensación de subir casi en vertical, viendo pasar los glaciares del Mont Blanc a ambos lados, y muy cerca de la roca de la montaña. Realmente, impresiona. Llegamos a la aguja. No parece que estés en lo alto de una montaña, porque en realidad apareces dentro de un complejo que parece una estación del metro. Y, como una estación de metro, llena de túneles y escaleras hacia varios destinos, sin saber muy bien hacia dónde debes ir… Nosotros buscamos el “Pas dans le vide”, una “atracción” en la cual entras en una cabina de vidrio suspendida en el vacío, y que hemos leído que se llena enseguida. Así que la idea es llegar de los primeros para no tener que esperar colas de media hora o más... Finalmente lo encontramos, y, efectivamente, vemos el acceso preparado para largas colas, con su pasillito zigzagueante delimitado por cuerdas. Nosotros hemos llegado los segundos, y en un par de minutos estamos en la cabina de cristal. En fin, una chorrada, la verdad. Pensaba que daría más impresión, o que tendrías hacia abajo una caída en vertical de miles de metros… Pues no, a mí no me impresionó nada, y en realidad estás solo a unas decenas de metros sobre la roca. Que no está mal, pero en fin, una turistada, sin más. Sabiendo lo que es, no esperaría ni cinco minutos de cola, no merece la pena. Y menos teniendo en cuenta el resto… La cima inferior de la aguja vista desde la punta superior

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