33 Día 12. Noirétable-Vichy-La Tour d’Auvergne. 200 km. Desayunamos tranquilamente y nos vamos a Vichy. No hay prisa. Vichy parece una capital de provincia coqueta y agradable. Aparcamos muy cerca del centro, justo al otro lado del río, a apenas 5 minutos de la zona de interés. Que tampoco es que tenga mucho interés, pero de alguna forma hay que llamarla… El paseo es muy agradable: un gran río, el Allier, un gran parque, muchos árboles… Calles y avenidas tranquilas, con muy poco tráfico, con edificios de porte aristocrático y algunos palacetes, aunque se ve claramente que la época de esplendor de esta ciudad ya pasó hace tiempo… Vichy es una ciudad mediana que prosperó en el siglo XIX gracias a sus manantiales de aguas carbonatadas y los distintos balnearios que se construyeron alrededor de ellos. Eran tiempos en los que la aristocracia venía a “tomar las aguas”, algo que fue cayendo en desuso con los años, cayendo con ello la prosperidad de la ciudad, que hoy se ve claramente venida a menos, aunque sus parques y bulevares arbolados aún la hagan muy agradable para pasear. Entramos a la oficina de turismo para que nos digan qué hay que ver aquí… La chica del mostrador lleva una chapita de identificación con la bandera española y la inglesa, es decir, que habla español e inglés. No obstante, más por educación que por otra cosa, le pregunto “Parlez vous espagnol?”, y la respuesta es “Non”. Parece que esta chica mintió un poco en su curriculum... En fin, por las indicaciones que nos da (finalmente en un inglés bastante deslucido) deducimos que realmente hay muy poco que ver, y la mitad ya lo hemos visto por el camino. Cuando lo que te dicen es que te recorras una calle para ir viendo los edificios, o que pruebes el agua en tal sitio, o que pasees por el parque… es que no hay mucho más que ofrecer. El único edificio singular de la ciudad es la ópera-casino, un bonito edificio con elementos de “art nouveau” que puede visitarse previo pago. Pero al ver que realmente solo visitas el hall del teatroópera, y no el resto del edificio, y que además ya lo estamos viendo en una foto que muestran a la entrada, pues decidimos que no merece la pena el dispendio. Este edificio de la ópera, que en sus tiempos de esplendor fue casino, se utilizó también como sede del gobierno del mariscal Pétain durante la ocupación alemana. Una etapa de la que claramente no se
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