36 Día 13. La Tour d’Auvergne-Saint Émilion. 300 km. Al día siguiente partimos casi con pena de este bonito sitio. La verdad, si no fuera porque para los chicos es aburrido estar aquí sin hacer nada, nosotros probablemente nos habríamos quedado al menos un día más, aunque solo fuera para pasear por los bosques y disfrutar de las vistas. La zona nos deja un muy buen sabor de boca: una región sin grandes atractivos turísticos, pero tremendamente agradable para una estancia tranquila. Lástima que no pille a mano para un fin de semana… Se va terminando el tiempo de visitas. Hoy veremos Saint Émilion, el pueblo de los grandes vinos de Burdeos. Y mañana, la propia Burdeos. A partir de ahí, terminaremos nuestras tres semanas de vacaciones con sol y playa. Llegamos a Saint Émilion poco después de comer. Los parkings a la entrada del pueblo están a tope, pero tenemos la suerte de encontrar sitio en uno de ellos, casi de casualidad. El pueblo está a tope también, americanos sobre todo. Hay que ver cómo les gusta Francia a los yanquis… Yo ya sabía que este pueblo era en buena medida una tienda continua de vinos… pero no sabía hasta qué punto. Prácticamente no hay otra cosa: vinotecas y americanos comprando vino. Letreros anunciando envíos a cualquier parte del mundo. Vino, vino y más vino, y americanos, americanos y más americanos. Es el primer sitio que vemos donde prácticamente todo el mundo habla inglés: viven de ello. Incluso en la oficina de turismo, me sorprende encontrar a la primera francesa del viaje que escucho hablar un inglés fluido y con buen acento… La verdad es que con tanta tienda y tanta gente, Saint Émilion nos defrauda bastante. El pueblo es mono, todo de piedra, pero queda totalmente eclipsado por el parque temático del vino de Burdeos en el que lo han convertido. Y mira que a mí me gusta el vino, pero este rollo no va conmigo. Total, que en cosa de una hora como mucho, ya nos hemos visto el pueblo y estamos de vuelta en la autocaravana.
RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy