Un verano por francia

4 Llegamos temprano, sobre las 5 ó las 6 de la tarde (hemos decidido hacer etapas en las que podamos tener cierto tiempo de descanso, no darnos la paliza), nos instalamos, y miramos si hay algo que ver cerca. También aquí hace calor, no como en Madrid pero casi. El pueblo no vale nada, pero hay una panadería al lado que nos sorprende encontrar abierta la tarde de un sábado, y que, más sorprendente aún, también abre el domingo por la mañana. Compramos una baguette pequeña para la cena, por probarla (aunque para hoy y mañana ya traíamos pan) y decidimos que mañana antes de salir compraremos más pan fresco. Nos sorprende lo buena que está la baguette, y no ha sido cara: sobre 1€, y se nota que lleva centeno y masa madre, sabe a pan “de verdad”. Muy rica. En fin, poco más: relax, cena, lectura y a la cama. Día 2. Saint Gaudens-Conques-Coltines. 362 km. Desayunamos y, mientras cambio aguas, mi mujer va a la panadería. Vuelve con un par de baguettes y una pequeña hogaza de pan con buena pinta. Le pregunto el precio y casi me caigo de espaldas: ¡8€! Las baguettes tienen buen precio, pero le han soplado 6€ por la hogacita. Ya puede estar buena… Hoy tenemos previsto hacer escala en Conques, un pueblo medieval de la Francia profunda, y pernoctar un poco más allá, donde nos venga bien. Conques es un pequeño pueblo metido entre montañas. En estos casos, con carreteras estrechas y pueblos medievales, uno siempre va con cierto recelo sobre dónde aparcar y si se podrá dar la vuelta en caso de no encontrar sitio. Tiramos de park4night y vemos que hay un parking majo abajo del pueblo, junto a un río. Nos gusta, incluso podríamos pernoctar aquí. Pero vemos que también hay un parking en lo alto del pueblo, y nos evitaríamos coger el autobús que han puesto desde este parking del río, así que subimos. Llegamos al parking, de pago, con barrera, pero perfectamente accesible para ACs. Nos aproximamos a la barrera y el guarda nos dice (en francés; yo lo chapurreo y lo entiendo más o menos, aunque no lo practico desde el instituto) que “camping-cars” no, que está prohibido. Extrañado, pregunto por qué, y me dice que por ser el pueblo patrimonio protegido, o algo así. Curioso, cuando el parking está en las afueras del pueblo. Me dice que tenemos que bajar al parking del río y allí coger el bus. De allí venimos… En fin, doy la vuelta, vamos bajando, y al pasar por la entrada al pueblo, en una zona de parking en línea junto a la carretera (de pago), que al subir estaba llena, vemos sitio. El guarda nos ha dicho que tenemos que ir al río, pero aquí hay sitio, y veo una camper grande aparcada. Así que aparco, tras comprobar que no hay ningún letrero que limite el parking solamente a turismos. Voy al parquímetro, pago los 6€ de rigor (independientemente del tiempo que estés), y cuando estoy volviendo con el papelito hacia la AC para colocarlo en el parabrisas, veo al guarda del parking de arriba que ha bajado y está recorriendo la línea de vehículos comprobando que han pagado. Ve la AC, me ve a mí, le veo yo, nos miramos fijamente a los ojos, y pienso que ya la he cagado… Sigo hasta él, y me dice que ahí no, que me ha dicho que en el río. Yo, con cara de desesperación, le enseño el ticket y le digo que “j’ai payé!”. Coño, si no hay ningún letrero que impida aparcar a las ACs, y estoy bien aparcado, y pago mi ticket, ¿qué daño hago? (eso no se lo digo, pero lo pienso). En fin, que me dice (me asombra entenderlo todo, después de décadas sin usar el francés) que bueno, que por esta vez hará como que no me ha visto, pero que los “camping-cars” tienen que aparcar en el río. Sí señor, a sus órdenes señor, no volverá a pasar, señor vigilante anti autocaravanas. En fin, le digo solo “merci beaucoup”, aliviado de no tener que pagar al final los 6€ de aquí más el autobús de abajo, y nos vamos a ver el pueblo.

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