40 Burdeos está visto, así que nos vamos hacia las Landas. Llegan nuestros días de playa. Hemos considerado la posibilidad de parar antes para ver la duna de Pilat (que también hemos pasado de largo en otras ocasiones), pero sabemos que ha habido incendios por las inmediaciones y que se cortaron accesos a la zona. Sabemos que no han llegado a la zona de playa en la que prevemos quedarnos, situada bastante más al sur, pero la duna queda prácticamente en la zona cero, así que consultamos internet a ver cómo está el tema. Vemos que justamente acaban de reabrir los accesos a la duna de Pilat, una vez que el incendio ya se ha extinguido del todo, pero por lo que seguimos leyendo, y viendo en algunas fotos, el estado de la zona es desolador: las llamas han debido llegar prácticamente hasta el borde de la duna, y no solo los alrededores parecen calcinados, sino que también buena parte de la arena de la duna está cubierta de cenizas. No parece ni mucho menos el mejor momento para disfrutar del paisaje. Lo dejaremos para otra ocasión. Salimos de Burdeos a primera hora de la tarde, un viernes. No podíamos haberlo elegido peor. No sólo vamos a pillar atasco de salida, sino que vamos a coincidir con miles de franceses que deciden también ir a las Landas a la playa. Encima, no es un viernes cualquiera: ¡el lunes es 1 de agosto, hoy comienzan las vacaciones para millones de personas! No habíamos contado con esto, es lo malo de estar de vacaciones, que te olvidas del día en el que vives. Pese a todo, nos sorprende no encontrar grandes atascos a la salida de Burdeos. Suponemos que es porque hemos conseguido salir bastante temprano… Nuestro destino elegido es Labenne, a 170 km de Burdeos, cerca de Biarritz. Tiene un área de autocaravanas (de pago, por supuesto, como todas en esta zona de playa) que parece agradable y que hemos visto muy recomendada. Y en la que, además, podemos reservar plaza incluso con algunos días de antelación. ¡Lástima que lo supiera pero no me haya acordado de ello hasta que ya estamos en camino! Entramos en la aplicación, intentamos reservar… y ya no recuerdo si es que no permitía reservar ya para el día actual, o si es que estaba completa. El caso es que, lamentándonos por mi mala cabeza, que me ha hecho olvidar la posibilidad de reservar con antelación, decidimos buscar otras opciones. Y tiene que ser rápido: con suerte, habiendo salido de Burdeos muy temprano, llegaremos antes que las primeras hordas de franceses hambrientos de sol y playa. Por esta misma razón, vamos dando prioridad a los destinos más cercanos, para no perder más tiempo, aunque por otro lado decidimos que estén lo suficientemente alejados de la zona afectada por el incendio. Mirando opciones y opiniones sobre la marcha, mientras avanzamos por la autopista en dirección a España, nos decidimos por la playa de Contis, 50 km más cercana que la originalmente prevista de Labenne. A ver si hay suerte… por si acaso, tenemos otras dos opciones en la recámara. Contis es la primera, desde allí probaríamos a ir bajando por la costa, si no pillamos sitio. En el peor de los casos, tendremos que pasar el fin de semana por el interior y probar de nuevo el lunes, que será más fácil. Llegamos al área de Contis justo antes de las cuatro de la tarde (la cronología de Google permite recordar estos detalles, el señor Google lo sabe todo de nosotros, es el verdadero Dios). Nos acercamos a la barrera con un nudo en la garganta, leo las instrucciones, me pregunta cuántos días quiero estar, me pide la tarjeta… y voilà, ¡estamos dentro! Pero ahora viene la segunda preocupación: ¿encontraremos realmente sitio? Una cosa es que el sistema crea que hay sitio, y otra que todo el mundo haya aparcado bien. No sería la primera vez que
RkJQdWJsaXNoZXIy MTMxMjYy