6 entrada, un cartel anuncia las fiestas de la cosecha. Oh-oh… ¿vamos a tener fiestorro esta noche? Nos asomamos al campo de fútbol, hay un operario montando algo, y unos bafles por los que sale la música. Pensamos que puede ser un escenario y que esta noche habrá baile. Nosotros queremos dormir, que mañana seguimos hacia Chamonix. La hemos cagado. Pensamos seriamente en largarnos a otro sitio, pero antes decidimos que mejor preguntar, así que vamos a buscar la entrada al campo de fútbol para preguntarle al montador si va a haber cachondeo esta noche. Damos la vuelta al campo buscando la puerta, pero está todo cerrado. Al pasar por el otro lado, hay una serie de chalecitos, en uno hay unos niños jugando fuera (aparte del operario, las únicas personas que hemos visto hasta ahora en el pueblo). No vemos cómo entrar al campo a preguntar, damos la vuelta y hacia nosotros viene una pareja joven con un cochecito de bebé, así que a por ellos: “Pardon, excusez-moi… Parlez vous anglais?”. No. Ni Dios habla inglés en Francia. Ni Dieu, quiero decir. Pues nada, a chapurrear mi francés del instituto: que si hay juerga esta noche. No parecen tener mucha idea, se preguntan entre ellos, “les feux”, le comenta la mujer al marido. Parece que al menos fuegos artificiales habrá, pero a mí me importa la música. De repente, un chico viene corriendo de uno de los chalets de al lado, para ayudar: dice que habla inglés. ¡Y es cierto, lo habla decentemente! Le explicamos que estamos en el área y que estamos preocupados por si hay fiesta esta noche. Nos dice que sí, que hoy hay fiesta, que empieza sobre las 10. Le pregunto cuánto dura… se pone a pensar y dice que una media hora. ¿Sólo? ¡Coño, eso es un notición, como si dura una hora, yo ya esperaba que habría juerga hasta las dos de la mañana! Cómo se nota que esto es Francia, dormir es más importante que festejar. Muchas gracias, majete. ¿De dónde sois? Spain. Ah… “bienvenidos”, chapurrea. Muchas gracias. Un tío muy majete. Mientras nos vamos, empezamos a reflexionar: han hablado de fuegos artificiales, y “el baile” (o lo que nosotros pensábamos que sería baile) solo dura media hora… ¡A ver si no va a haber baile, y lo que dura media hora son los fuegos! Pues así fue. Allí los fuegos se hacen con música de fondo, y eso era lo que estaban probando. A eso de las 10 empezaron a llegar coches, supongo que de los pueblos de alrededor. Nada del otro mundo, no creo que pasaran de 15… Y desde el área de ACs tuvimos entrada de tribuna para ver los fuegos, con la música de fondo. Empezaron sobre las 22:30, y pasados 20 ó 30 minutos, lo que suelen durar estas cosas, terminaron, la gente se fue, y allí ya solo se oían los grillos. Al final, fue una buena elección para dormir. Día 3. De Coltines a Sixt-Fer-à-Cheval. 440 km Habíamos considerado la posibilidad de ver más pueblos en el viaje de ida, pero sobre la marcha hemos decidido que ya habrá tiempo a la vuelta. El objetivo principal es la zona de Chamonix, así que mejor llegar cuanto antes no sea que luego veamos que nos falta tiempo. Así que hoy llegaremos a los Alpes. Consultamos la previsión del tiempo en el área de Chamonix, que aunque sigue haciendo calor, ya se sabe que las montañas tienen su microclima particular, y necesitamos días libres de nubes para disfrutar de la subida a la Aiguille du Midi. Queremos sacar pases de los remontes para dos días (compensa de sobra, cuesta poco más que para un día solo, y da tiempo a ver más cosas), pero para ello necesitamos confirmar que tendremos dos días buenos seguidos. Para mañana anuncian nubes en esa zona, así que decidimos aplazar la llegada a Chamonix y empezar por otro valle cercano que también queríamos visitar: Sixt-Fer-à-Cheval.
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