Miércoles 06/08/14
Después de toda la noche lloviendo hasta el punto de casi no dejarnos dormir, nos
levantamos y por suerte ya ha parado, pero el cielo está gris y amenazador. Después de
desayunar nos vamos a Josselin, está muy cerca, solo a 18 km. Por suerte parece que haya
mejorado un poco el tiempo. Entre las nubes se ven trocitos de cielo azul y aunque la
temperatura es solo de 19º hace mucho bochorno. En poco rato pasamos de tener frío a
casi sudar. La humedad debe ser altísima. El pueblo como siempre encantador. Paseamos
por su centro medieval hasta la esclusa del río, me encanta la tranquilidad que se respira en
él. Después del paseo nos vamos al camping pero hacemos parada en el Leclerq. Me
compro dos pares de zapatos de piel, hechos en España y más baratos que los que
encuentro en Terrassa. Hay cosas que no entenderé nunca…. Compramos los ingredientes
necesarios y cuando llegamos al camping, María se pone manos a la obra con la paella. Esta
es de pescado y en poco rato nos estamos “poniendo las botas”.
Ponemos lavadora y secadora y aún nos queda ropa, pero bueno, en otro momento ya
lavaremos lo que queda.
Nos marchamos a Vannes, que aunque todos lo conocemos, siempre nos gusta volver a
pasear por su centro medieval de casas de entramado de madera. Hay bastante ambiente y
aunque el día continúa variable, la temperatura es muy agradable. Volvemos al camping y
nos vamos directamente a la piscina. Hay poca gente y se está muy bien, solo hay un pero,
en cuanto sales del agua se nota el frío y tenemos que correr para no congelarnos.
Cena, partida de cartas y a dormir.
Josselin
