de Sant Maur también merece una visita, totalmente decorada y policromada.
La siguiente población es Carennac llena de callejuelas curvadas. Su Iglesia de San Pedro es una verdadera
joya, con su tímpano esculpido del s. XII y su claustro en el que se conjuga el románico y el gótico. También
destaca el castillo de Los Priores (Chateau des Doyens) y en general el conjunto de todo el pueblo.
Loubressac es un pequeño pueblo cerca de la sima de Padirac con balcones y escaleras llenas de flores. La
puerta de su iglesia es de origen románico.
Autoire forma un ramo de torrecillas, fachadas labradas y elegantes casas solariegas. Este pueblo llegó a ser
una verdadera guarida de forajidos a finales del s. XIV.
Por la tarde nada más llegar al camping sufrimos una de esas tormentas que no se olvidan. Dos horas como
nunca habíamos visto llover. El agua desbordada y cara de susto y preocupación. Menos mal que el camping
desaguó bien y tuvo buen drenaje.
Día 12.- Perigueux. 95 Km 25º
Nos trasladamos hasta Perigueux, capital del Perigord blanco. El camping
del centro de la ciudad se encuentra completo y nos trasladamos hasta las
afueras, a unos 10 Km, al camping Au fil de l´eau, coqueto y bonito, con
unas instalaciones buenas.
El Périgord blanco se caracteriza por la blancura de su piedra local muy
apreciada por los escultores.
Por la tarde nos acercamos hasta Perigueux, la antigua Vesunna, ciudad
medieval con un bonito entramado por las callejuelas con sus palacetes del
Puy Saint Foront al pie de la catedral, incluida por la UNESCO en el
Patrimonio Mundial dentro de las rutas del camino de Santiago. La planta de
cruz griega la aparenta a San Marcos de Venecia. El campanario de 64 m de
altura se domina desde toda la ciudad y una serie de cúpulas con un toque
bizantino.
Aprovechando que era la fiesta del Mimo, pudimos ver por sus calles a multitud de ellos.
Día 13.- Ruta desde Perigueux.
103 Km 27º
Salimos a recorrer la zona. La primera parada es
en Chancelade para visitar la Abadía. Tan solo
se puede acceder a la Iglesia. La abadía
fundada en el s. XII por un monje eremita e
instalada en el pequeño valle arbolado del Beauronne,
es un conjunto que se asemeja más a una casa solariega que a un monasterio. Junto a la abadía se puede
visitar una pequeña joya del románico, una pequeña
iglesia, austera y ejemplo de este estilo.
Continuamos hasta Chateau L´Éveque. Tiene un castillo
privado, no visitable y la Iglesia de Saint Julien.
Nos acercamos hasta el Périgord verde, el cual debe su
nombre a su abundante vegetación.
Pasando por Agonac (pueblecito sin interés) llegamos
hasta Brantome (la Venecia del Perigord). Entre canales
Château L´Évêque
Brantôme
Perigueux
