Compramos las famosas cebollas de Tropea que dicen que son muy dulces, he tenido especial cuidado con lo que Enrique compraba, porque el año que estuvimos en Ucrania compró un saco de cebollas de la península de Crimea y fui oliendo cebolla todo el camino y cosa curiosa las cebollas llegaron intactas a Melilla, y eso si buenísimas, de estas solo ha comprado varios kilos, que llegaron en perfecto estado Lloviendo otra vez a cantaros, casi sin visibilidad le propongo a Enrique quedarnos en un pueblito, llamado Stilo, pero no quiere ,y continuamos hasta Scilla que hay un área, pero hay que subir una rampa que a pesar de la tracción en las ruedas que tiene nuestra Ac ,comenzó a patinar, creo que por el piso adoquinado y por la lluvia, nos fuimos al paseo marítimo donde se prohibían las ACS pero hicimos caso omiso y nos quedamos allí con una noche la mar de tranquila y lluviosa
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