Sicilia la tierra de los dioses de fuego

Nos metemos en el barrio de Vucciria, lleno de callejuelas, hoy menos animado por ser domingo, allí no sabemos si nos metemos en un zoco marroquí o en un bazar turco porque la similitud parece que lo han calcado, entramos por la vía Macheroni y este batiburrillo llega hasta el Corso Vitorio Enmanuele, caminando comemos en un pequeño restaurante fantástico que es una freiduría, los restaurantes abundan, parece mentira que en pleno siglo XXI en Europa la higiene en este Mercado brille por su ausencia, muchísimos gatos Hay carnicerías, pescaderías donde curiosamente a los peces grandes les atan una cuerda para mantenerlos redondeados, frutas de todo tipo colocadas de manera que los colores se entremezclen Compro queso con aceitunas y picante que lleva trocitos de guindilla y me encanta, lugar maravilloso para que disfruten los sentidos, calles llenas de especias que perfuman el ambiente, realmente fantástico Más tarde La plaza de Albergheria para descubrir los mercados al aire libre que quedan, que hoy casi todo permanece desolado, por el fastidio del Domenica, cerrada también la iglesia de S Giovanni degli Eremiti obra maestra de la arquitectura medieval, sus cinco cúpulas moriscas recuerdan que hubo en Palermo 500 mezquitas, lo escribió un viajero del Siglo X que paso por estos lares Lógicamente vamos al Duomo que por fuera es preciosísimo pero por dentro me ha desilusionado, cuando íbamos a la Martorana y veníamos de la capilla palatina Nos dejamos el puerto y volvemos a nuestra casita con mi pie pidiendo a gritos descanso Cerca del parking a unos cinco minutos andando, antes de comenzar la ruta hemos ido a la necrópolis de los capuchinos, situados bajo el Monasterio de la congregación de este nombre, que fue cementerio en la antigüedad donde los monjes excavaron criptas subterráneas

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