DÍ A 23: Budapest. Lluvia. Visitas. Es la décima o undécima vez que vamos a Budapest, luego no tenemos demasiado interés. DÍ A 24: Recorrido por el lago Balaton. Vamos a mercadillos, rodeando los pueblos turísticos. Comemos, en un apacible sitio lleno de alemanes, comida del país. Por la tarde, en Badacsony, hay una especie de feria con actuaciones y orquesta; reparten comida húngara gratuita, en unas interminables colas; yo hago lo propio, porque me apetece probar comida de un enorme caldero colgado en un trípode con fuego debajo. Cuando me llega el turno, me dan una especie de gulash con mucha paprika y una enorme rebanada de pan. Paseamos en un ambiente festivo encantador. Más tarde nos vamos a un lugar más tranquilo y cenamos, en una terraza a orillas del Balaton, pizza y patatas con ketchup. Dormimos en ese pueblecito, con el fondo de las canciones de un restaurante cercano; los cantantes, magníficos, interpretan música española en castellano. Noche preciosa y apacible. DÍ A 25: Del Balaton vamos a Tihany y Balatunfured Gior, viendo sus monumentos, y, aunque hay que dar la vuelta, nos vamos a Sopron. Artísticamente es una maravilla. Cenamos en un restaurante comida húngara, pero empieza a llover fortísimamente y nos refugiamos en la autocaravana, aparcados en una preciosa plaza. No para de llover en toda la noche.
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