angel-rutero
Siempre en rodaje...
Uh!!Justo!Espero entonces
No, acuéstate, que ella no tiene prisa, de verdad...
Uh!!Justo!Espero entonces
Pues sí, parece que me toca cerrar... Hasta mañana, dejo la llave donde siempre y todo recogidito...
Buenas noches...
Thunder ,... esas sillas.... te has sentado en ella en posición de comer??? no te quedas para atrás???
Cuevi!!!! holaaaaa guapaaaaaaaaaa
Los huevos a las clarisas:
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Al sucederse las generaciones en el correr de los tiempos, las costumbres y tradiciones meteorológicas han ido desapareciendo o han evolucionado tanto, que casi nos resultan irreconocibles. Es el caso de la antigua práctica de llevar la novia una docena de huevos a un convento de clarisas para que no lloviese el día de su boda.[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Esta tradición puede considerarse un claro ejemplo de cómo la Meteorología, antes de ser Ciencia, había establecido un sistema para garantizar ambientes atmosféricos agradables en una de las fechas más importantes de la vida humana, el día de esponsales. Las bodas, antiguamente se celebraban fuera de la iglesia, al aire libre, en el atrio del edificio, por lo que contar con tiempo grato era muy deseable. Además, la presencia de eventos meteorológicos ajenos a lo que se consideraba buen tiempo estaban penados con una terrible carga supersticiosa. Hoy sabemos que la superstición es un vano presagio sobre cosas fortuitas, pero hace siglos, la presencia de lluvia en una boda se tenía como augurio de desgracias para la nueva familia, que harían llorar a la novia durante el resto de su vida. Otras veces, los vaticinios convertían a la novia en persona manirrota, vaga, sucia, o madre de infinidad de hijos… Así que la novia, por lo que le tocaba, era quien se encargaba de llevar la docena de huevos al monasterio de clarisas franciscanas más cercano y encargar a las religiosas que pidieran expresamente a Santa Clara la gracia del buen tiempo, sin lluvia, en el día de su matrimonio.[/FONT]
En los últimos años se ha revitalizado esta costumbre ancestral, haciendo llegar a las clarisas franciscanas huevos y limosnas, no sólo para bodas, sino para cualquier festejo, viaje o celebración, que pueda resultar deslucido o malogrado por la presencia de un tiempo atmosférico desapacible. Vivimos en un ambiente en que se presume de arreligiosidad, pero se practican una serie de mitos ambiguamente religiosos, casi siempre con regocijo y un cierto aroma exótico. Sabemos que nosotros nunca podríamos conseguir un tiempo espléndido de forma natural para una fecha o fechas determinadas y recurrimos a esta tradición popular, profana y religiosa a la vez, como el único recurso disponible.
Pues eso no se de donde vendrá, pero mi primer matrimonio fué pasado por agua, y yo no sé si la novia fué afortunada pero lo que es el novio ná de ná, como se dice por aquí, por si las moscas espero que en mi segunda boda no llueva y a ser posible que haga terrá, aunque para ser sibncero esta vez me va a dar igual creo tener la felicidad garantizada¿Y el dicho "Novia mojada, novia afortunada"?
Pues eso no se de donde vendrá, pero mi primer matrimonio fué pasado por agua, y yo no sé si la novia fué afortunada pero lo que es el novio ná de ná, como se dice por aquí, por si las moscas espero que en mi segunda boda no llueva y a ser posible que haga terrá, aunque para ser sibncero esta vez me va a dar igual creo tener la felicidad garantizada
Pues eso no se de donde vendrá, pero mi primer matrimonio fué pasado por agua, y yo no sé si la novia fué afortunada pero lo que es el novio ná de ná, como se dice por aquí, por si las moscas espero que en mi segunda boda no llueva y a ser posible que haga terrá, aunque para ser sibncero esta vez me va a dar igual creo tener la felicidad garantizada
Los huevos a las clarisas:
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Al sucederse las generaciones en el correr de los tiempos, las costumbres y tradiciones meteorológicas han ido desapareciendo o han evolucionado tanto, que casi nos resultan irreconocibles. Es el caso de la antigua práctica de llevar la novia una docena de huevos a un convento de clarisas para que no lloviese el día de su boda.[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Esta tradición puede considerarse un claro ejemplo de cómo la Meteorología, antes de ser Ciencia, había establecido un sistema para garantizar ambientes atmosféricos agradables en una de las fechas más importantes de la vida humana, el día de esponsales. Las bodas, antiguamente se celebraban fuera de la iglesia, al aire libre, en el atrio del edificio, por lo que contar con tiempo grato era muy deseable. Además, la presencia de eventos meteorológicos ajenos a lo que se consideraba buen tiempo estaban penados con una terrible carga supersticiosa. Hoy sabemos que la superstición es un vano presagio sobre cosas fortuitas, pero hace siglos, la presencia de lluvia en una boda se tenía como augurio de desgracias para la nueva familia, que harían llorar a la novia durante el resto de su vida. Otras veces, los vaticinios convertían a la novia en persona manirrota, vaga, sucia, o madre de infinidad de hijos… Así que la novia, por lo que le tocaba, era quien se encargaba de llevar la docena de huevos al monasterio de clarisas franciscanas más cercano y encargar a las religiosas que pidieran expresamente a Santa Clara la gracia del buen tiempo, sin lluvia, en el día de su matrimonio.[/FONT]
En los últimos años se ha revitalizado esta costumbre ancestral, haciendo llegar a las clarisas franciscanas huevos y limosnas, no sólo para bodas, sino para cualquier festejo, viaje o celebración, que pueda resultar deslucido o malogrado por la presencia de un tiempo atmosférico desapacible. Vivimos en un ambiente en que se presume de arreligiosidad, pero se practican una serie de mitos ambiguamente religiosos, casi siempre con regocijo y un cierto aroma exótico. Sabemos que nosotros nunca podríamos conseguir un tiempo espléndido de forma natural para una fecha o fechas determinadas y recurrimos a esta tradición popular, profana y religiosa a la vez, como el único recurso disponible.
¿Y el dicho "Novia mojada, novia afortunada"?