Fotos
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Seguimos con las fotos:
Superada la primera ladera, llegamos a la zona que no es visible desde abajo, y empiezan los rincones "íntimos" de la Pedriza. Aquella Pedriza, que o te pones un macutillo dispuesto a sudar un poco o no conocerás nunca...
La ruta nos lleva a subir por aquí (no pongo nombres que seguro que me equivoco):
Aparte de sus rincones, praderas que se van abriendo de la nada según vas subiendo, Enrique traza una ruta para que podamos ver todo lo más importante que nos pilla a mano.
El Elefantito:
Parada "chocolatera", para recargar energías:
Y seguimos camino del "exprimidor de Marta":
Somos vigilados atentamente por los habitantes de la zona:
Un rayito de sol y todo cambia de color:
Otro de esos rincones que si no subes por ese laberinto no ves:
Y llegamos a una de las primeras zonas comprometidas para las "patitas cortitas" de Marta. Pianito a pianito, seguimos subiendo:
Allá donde mires, hay una foto (he hecho 200 y pico en un día):
Pequeños detalles de cómo la vida y su color se abren paso entre las piedras:
Hay pasos estrechos:
Que se abren a lugares míticos:
El Yelmo y su pradera
Aquí es uno de los sitios en los que te das cuenta que la fotografía no hace siempre justicia al paisaje. En la foto, da la impresión de que se puede subir "a gatas" a la cima en un par de minutos, lo cual es totalmente falso. Se ven en pequeñito, la gente que está haciendo prácticas de escalada, lo que te da el "tamaño" y cuando te acercas, la pared se "verticaliza" lo que hace imposible subir a la mayoría de los mortales salvo por una pequeña grieta en su parte trasera.
Mi Marta, con cara de felicidad y Kraus, el perro que sabe posar al pie del Yelmo:
