"Los chalecos amarillos han destruido el 60% de los radares fijos de Francia"
Intitula el fácil artículo de "El Mundo".
Todo eso es muy exagerado.
Un radar de esos no se destruye fácilmente. En absoluto. Sin embargo es efectivo que algunos los han sido. No muchos.
De hecho hay un porcentaje, al parecer estable y de cierta importancia, sobre el cual nadie comunica demasiado que están siempre en panne... por razones diversas.
Gilets jaunes o no.
Y lo actual obedece sobre todo a un afán de abrigar a los susodichos aparatos contra los rigores del invierno.
Es la causa mayoritaria...
Tal como lo ilustran estas fotos.
Porque estas acciones tratan de visibilizar una protesta, sin destrucciones innecesarias que perturben el mensaje principal.
Es el objetivo. Al menos lo es hoy.
La nota de "El Mundo" representa bien el tipo de periodismo que la mayoría de este país denuncia y que desde hace dos meses es uno de los blancos de los manifestantes.
Una simple reproducción de comunicados de tal o cual ministerio, más o menos artística y tendenciosamente pegados.
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Así va la vida.