zitarrosa
calladit@
Con cierto retraso os quiero comentar nuestra experiencia en el viaje que realizamos por Italia el pasado verano. Creo que es la mejor forma de agradecer a estos foros la cantidad de información que recopilamos de ellos para nuestros viajes.
Este destino lo teníamos marcado desde hacía tiempo, pero creo que lo hemos hecho en el momento oportuno, por edad de mis hijos y por experiencia nuestra.
Partimos desde Cáceres. Como la llegada a Italia es larga hay que plantearse algunas etapas, nosotros decidimos salir un viernes por la tarde y hacer una primera parada en un camping de Burgos que está junto a la autovía y que se llama Quinta de Cabia (438 km). Este camping era barato y hacía su función de parada y fonda, de no ser por la infinidad de mosquitos que nos acribillabaron sin piedad. La segunda etapa finalizó en la localidad francesa de Carcassonne (656 km), pasando por la frontera de Irún y atravesando buena parte de la autovía de los Pirineos. Esta idea, que en principio es la que marcan todos los navegadores, tiene una pega importante y son los continuos peajes que hay que pagar durante todas las carreteras francesas, por este motivo a día de hoy pienso que, aunque sea ligeramente más largo, es más económico atravesar la frontera por Perpignan y así los peajes serán mucho más reducidos porque te ahorras atravesar todo el sur de Francia.
En Carcassonne paramos en un camping llamado La Cité, que nos permitía acudir andando a la ciudad amurallada sin problemas. Carcassonne por otro lado es una ciudad que se visita con relativa rapidez, pues no es muy grande. El camping era muy bueno, pero algo caro para ser francés.
La siguiente etapa nos llevaba ya a tierras italianas (707 km). Para ello debíamos atravesar la autopista de la Costa Azul, que en innumerables ocasiones se describe como un recorrido muy estresante. Yo iba muy mentalizado con ello y me lo tomé como si se tratara de una prueba casi atlética. La conclusión que saqué fue mucho mejor de lo esperado. Tampoco era para tanto. En mi favor diré que viajamos en Domingo y que apenas había camiones. Atravesar la ingente cantidad de túneles, viaductos y las postrimería de los Alpes, con su cuestas, no me resultó tan peligroso como esperaba. Lo que sí fue un verdadera fastidio fueron los atascos que se produjeron al llegar a Génova, justo cuando se entrecruzan las autovías de la Costa Azul con la que viene de Milán. Sólo deciros que tardamos tres horas para hacer quince kilómetros, eso sí que me produjo estrés. El camping al que fuimos estaba en la localidad de Rapallo, es un camping llamado Miraflores que está regentado por unas emigrantes peruanas muy amables. El camping está al lado de la autovía por lo que su situación es magnífica, es muy pequeño por lo que conviene reservar y no admiten pagos con tarjeta. Por lo demás nos dieron una plaza llana, con Wifi y suficiente para pernoctar cómodamente en ella durante los tres días que estuvimos. Aquí visitamos la Cinque Terre, Sestri y Levante, Portofino e Isla de Margarita. Desde el camping se podía ir andando hasta el pueblo de Rapallo y también hasta su estación de trenes.
Nuestro siguiente destino fue la localidad de Pisa (135 km). El camping Torre Pendente es correcto, permite acudir caminando a la zona histórica, tiene piscina, los baños limpios y el acceso es fácil.
Desde Pisa nos trasladamos a Roma (365 km). El camping al que acudimos se llama Flaminio. Un camping magnífico, con buenas instalaciones, caro, pero muy limpio. Tiene mucho tránsito, está a cinco minutos de una estación de tren, a la que se acude andando y también cerca de un pequeño Carrefour. En este camping estuvimos cuatro días, sin que tuviéramos que mover el coche nada más que para echar gasoil en una gasolinera próxima.
Desde Roma ascendimos por la autopista hasta Florencia (256 km). Estuvimos en el camping Il Poggetto, situado a unos 30 kilómetros de Florencia. Elegimos este camping porque no teníamos buenas referencias de los camping que estaban más próximos a la capital. Este camping era correcto, de la misma cadena que el que utilizamos en Pisa, si repites este tipo de camping tienes un descuento de un 10% en la tarifa, sin embargo en este camping se negaron a hacernos el descuento que traíamos del Torre Pendente por el curioso hecho de que nosotros habíamos realizado la reserva previa y que eso invalidaba el descuento. Una tomadura de pelo. Por lo demás, baños limpios, buena piscina y buenas instalaciones. El acceso al camping es complicado, las carreteras que hay alrededor de él son también muy complicadas, no se os debe ocurrir ir desde Florencia a él en caravana, el acceso más asequible se hace por el sur, desde la propia autopista, en la salida que marca las localidades de Incisa Regello. A la salida de este camping para un autobús de línea que te deja en el centro de Florencia. Puede ser una opción interesante para no tener que pelearse con los parquin de esta ciudad. Nosotros sólo lo utilizamos un día de los cinco en que estuvimos, también es verdad que a Florencia solo fuimos dos días y que el segundo utilizamos el coche y lo dejamos aparcado en la plaza Michelangelo, que es gratuita. Desde este camping realizamos viajes a algunas ciudades de la Toscana: Pisa, San Giminiano, Monterrigioni, Montepulciano, Pientza, Montichelo, Bagno Vignoli...
La siguiente etapa de nuestro viaje fue Venecia (273 km). Acudimos al camping Fusina que está en frente de la isla de Venecia. Es de la misma cadena que el de Pisa y que el de Florencia, y aquí sí nos hicieron el descuento del 10%. El acceso es sencillo, el camping es muy llano, es limpio pero algo más viejo que los anteriores. A pocos metros de recepción se compran los billetes para ir a Venecia en Barco, la salida de los barcos está también muy próxima a la recepción. Como pega principal diré que hay bastantes mosquitos.
Tras pasar dos días en Venecia empezamos nuestro regreso, paramos en primer lugar en la zona del Lago Maggiore (321 km), en el Camping Italia Lido. Este camping está situado a la orilla del lago, es caro para lo que ofrece, y viejo, tiene muchos fijos y el tramo final para llegar hasta él es muy estrecho. A nosotros no nos gustó a pesar de que teníamos buenas referencias familiares del mismo. Estuvimos tres días en él, uno de los cuales lo aprovechamos para hacer una magnífica excursión a los Alpes, a la zona del Monte Rosa en concreto a la localidad de Macugnaga.
Como ya estábamos hartos de pagar tanto Peaje, decidimos hacer el paso a tierras francesas no por el Túnel de Frejus, que permite atravesar los Alpes pero pagando un sustancial peaje, sino por el Puerto de Montgenevre hasta la localidad francesa de Briançon. Diré antes de nada que nuestra caravana es grande, una tres ambientes Knauss 500 FDK, y que nuestro coche es un Volkswagen Passat TDI de 140 caballos.
La verdad es que le di muchas vueltas a este tramo de la ruta, pero creo que la experiencia fue un acierto. El puerto es duro, pero no excesivamente largo, lo subí casi todo el rato detrás de un camión, en segunda, pero tenía la percepción de que lo podía haber subido perfectamente en tercera y algo más rápido. En realidad la subida se reduce a dos tramos fuertes, uno cuando atraviesas el pueblo de Cesana y otro cuando afrontas la parte final del puerto, con tres o cuatro rampas fuertes, pero como digo por allí atraviesan camiones sin aparente dificultad. El descenso es largo y pronunciado, con algunas curvas de 180 grados que hay que realizar con cuidado. Una vez abajo, el pueblo de Briançon tiene mucha vida y bastante tráfico. Ni que decir tiene que toda esta zona, desde la parte Italiana hasta bien entrada la parte francesa, tiene unos paisajes absolutamente espectaculares.
La parada de este día la teníamos prevista en la localidad de Avignon, en total fueron algo menos de 600 kilómetros. El camping Pont d'Avignon fue un camping magnífico, digno de permanecer en él algún día más. Desde este camping se cruzaba el río hasta el centro histórico en una barcaza gratuita. Como digo el camping era barato, las parcelas magníficas, el ambiente extraordinario, buena piscina y limpio. Lo peor tal vez era el acceso, que se hizo un poco complicado.
Volvimos a atravesar la autopista de los pirineos para atravesar Francia, en este caso dormimos en el camping municipal de Orthez (545 km), cerca de la frontera española y desde ahí afrontamos la jornada final de regreso a Cáceres.
Consideraciones finales: Se trata de un viaje caro, los peajes son continuos, el coche y la caravana pagan más que si se tratara de un vehículo normal, el gasoil en Francia está más caro que en España, sobre todo si repostas en las autopistas, pero es que en Italia es mucho más caro que en Francia. Para haceros una idea cuando nos fuimos, a mediados de Julio, en España el litro de gasoil estaba rondando los 1'33 Euros, en Francia los veías por 1'40, pero en Italia no bajaban del 1'53 y eso apartándote de autopistas y carreteras muy transitadas. En muchos sitios el precio rondaba 1,70 euros por litro.
Los camping son más caros que en España, y no diré que en Francia, no hay una gran oferta de establecimientos. El más caro resulto ser el de Roma, que rondaba los 60 euros por noche para cuatro personas, aunque también era el mejor, el más barato fue el de Rapallo que rondaba los 43 Euros por noche. No siempre nos admitieron pagar con tarjeta, esto era extensible a muchas gasolinera e incluso a algunos servicios públicos, como los trenes de la Cinque Terre, os lo digo para que llevéis efectivo pues los cajeros suelen cobrar comisiones, también se podía pagar con tarjeta y sin comisiones en todos los peajes de las autopistas. En la mayoría de los casos salirse de las autopistas no era una opción a contemplar con caravana (y en algunas zonas incluso no es opción para autocaravanas), estás casi obligado a ir por autopistas. Lo digo para que sepáis que el coste de este viaje es alto y el trayecto es exigente, por ello entiendo que haya personas que se planteen realizar el traslado en Ferry desde Barcelona a Roma, o también comprendo a campistas que para recorrer Italia cambian su vehículo por una combinación de avión más coche de alquiler.
Nosotros tuvimos suerte de que no hubo ningún problema importante, pero la distancia y el tipo de conducción por aquellas tierras puede no ser apto para quienes buscan sobre todo unas vacaciones tranquilas.
Salud compañeros.
Este destino lo teníamos marcado desde hacía tiempo, pero creo que lo hemos hecho en el momento oportuno, por edad de mis hijos y por experiencia nuestra.
Partimos desde Cáceres. Como la llegada a Italia es larga hay que plantearse algunas etapas, nosotros decidimos salir un viernes por la tarde y hacer una primera parada en un camping de Burgos que está junto a la autovía y que se llama Quinta de Cabia (438 km). Este camping era barato y hacía su función de parada y fonda, de no ser por la infinidad de mosquitos que nos acribillabaron sin piedad. La segunda etapa finalizó en la localidad francesa de Carcassonne (656 km), pasando por la frontera de Irún y atravesando buena parte de la autovía de los Pirineos. Esta idea, que en principio es la que marcan todos los navegadores, tiene una pega importante y son los continuos peajes que hay que pagar durante todas las carreteras francesas, por este motivo a día de hoy pienso que, aunque sea ligeramente más largo, es más económico atravesar la frontera por Perpignan y así los peajes serán mucho más reducidos porque te ahorras atravesar todo el sur de Francia.
En Carcassonne paramos en un camping llamado La Cité, que nos permitía acudir andando a la ciudad amurallada sin problemas. Carcassonne por otro lado es una ciudad que se visita con relativa rapidez, pues no es muy grande. El camping era muy bueno, pero algo caro para ser francés.
La siguiente etapa nos llevaba ya a tierras italianas (707 km). Para ello debíamos atravesar la autopista de la Costa Azul, que en innumerables ocasiones se describe como un recorrido muy estresante. Yo iba muy mentalizado con ello y me lo tomé como si se tratara de una prueba casi atlética. La conclusión que saqué fue mucho mejor de lo esperado. Tampoco era para tanto. En mi favor diré que viajamos en Domingo y que apenas había camiones. Atravesar la ingente cantidad de túneles, viaductos y las postrimería de los Alpes, con su cuestas, no me resultó tan peligroso como esperaba. Lo que sí fue un verdadera fastidio fueron los atascos que se produjeron al llegar a Génova, justo cuando se entrecruzan las autovías de la Costa Azul con la que viene de Milán. Sólo deciros que tardamos tres horas para hacer quince kilómetros, eso sí que me produjo estrés. El camping al que fuimos estaba en la localidad de Rapallo, es un camping llamado Miraflores que está regentado por unas emigrantes peruanas muy amables. El camping está al lado de la autovía por lo que su situación es magnífica, es muy pequeño por lo que conviene reservar y no admiten pagos con tarjeta. Por lo demás nos dieron una plaza llana, con Wifi y suficiente para pernoctar cómodamente en ella durante los tres días que estuvimos. Aquí visitamos la Cinque Terre, Sestri y Levante, Portofino e Isla de Margarita. Desde el camping se podía ir andando hasta el pueblo de Rapallo y también hasta su estación de trenes.
Nuestro siguiente destino fue la localidad de Pisa (135 km). El camping Torre Pendente es correcto, permite acudir caminando a la zona histórica, tiene piscina, los baños limpios y el acceso es fácil.
Desde Pisa nos trasladamos a Roma (365 km). El camping al que acudimos se llama Flaminio. Un camping magnífico, con buenas instalaciones, caro, pero muy limpio. Tiene mucho tránsito, está a cinco minutos de una estación de tren, a la que se acude andando y también cerca de un pequeño Carrefour. En este camping estuvimos cuatro días, sin que tuviéramos que mover el coche nada más que para echar gasoil en una gasolinera próxima.
Desde Roma ascendimos por la autopista hasta Florencia (256 km). Estuvimos en el camping Il Poggetto, situado a unos 30 kilómetros de Florencia. Elegimos este camping porque no teníamos buenas referencias de los camping que estaban más próximos a la capital. Este camping era correcto, de la misma cadena que el que utilizamos en Pisa, si repites este tipo de camping tienes un descuento de un 10% en la tarifa, sin embargo en este camping se negaron a hacernos el descuento que traíamos del Torre Pendente por el curioso hecho de que nosotros habíamos realizado la reserva previa y que eso invalidaba el descuento. Una tomadura de pelo. Por lo demás, baños limpios, buena piscina y buenas instalaciones. El acceso al camping es complicado, las carreteras que hay alrededor de él son también muy complicadas, no se os debe ocurrir ir desde Florencia a él en caravana, el acceso más asequible se hace por el sur, desde la propia autopista, en la salida que marca las localidades de Incisa Regello. A la salida de este camping para un autobús de línea que te deja en el centro de Florencia. Puede ser una opción interesante para no tener que pelearse con los parquin de esta ciudad. Nosotros sólo lo utilizamos un día de los cinco en que estuvimos, también es verdad que a Florencia solo fuimos dos días y que el segundo utilizamos el coche y lo dejamos aparcado en la plaza Michelangelo, que es gratuita. Desde este camping realizamos viajes a algunas ciudades de la Toscana: Pisa, San Giminiano, Monterrigioni, Montepulciano, Pientza, Montichelo, Bagno Vignoli...
La siguiente etapa de nuestro viaje fue Venecia (273 km). Acudimos al camping Fusina que está en frente de la isla de Venecia. Es de la misma cadena que el de Pisa y que el de Florencia, y aquí sí nos hicieron el descuento del 10%. El acceso es sencillo, el camping es muy llano, es limpio pero algo más viejo que los anteriores. A pocos metros de recepción se compran los billetes para ir a Venecia en Barco, la salida de los barcos está también muy próxima a la recepción. Como pega principal diré que hay bastantes mosquitos.
Tras pasar dos días en Venecia empezamos nuestro regreso, paramos en primer lugar en la zona del Lago Maggiore (321 km), en el Camping Italia Lido. Este camping está situado a la orilla del lago, es caro para lo que ofrece, y viejo, tiene muchos fijos y el tramo final para llegar hasta él es muy estrecho. A nosotros no nos gustó a pesar de que teníamos buenas referencias familiares del mismo. Estuvimos tres días en él, uno de los cuales lo aprovechamos para hacer una magnífica excursión a los Alpes, a la zona del Monte Rosa en concreto a la localidad de Macugnaga.
Como ya estábamos hartos de pagar tanto Peaje, decidimos hacer el paso a tierras francesas no por el Túnel de Frejus, que permite atravesar los Alpes pero pagando un sustancial peaje, sino por el Puerto de Montgenevre hasta la localidad francesa de Briançon. Diré antes de nada que nuestra caravana es grande, una tres ambientes Knauss 500 FDK, y que nuestro coche es un Volkswagen Passat TDI de 140 caballos.
La verdad es que le di muchas vueltas a este tramo de la ruta, pero creo que la experiencia fue un acierto. El puerto es duro, pero no excesivamente largo, lo subí casi todo el rato detrás de un camión, en segunda, pero tenía la percepción de que lo podía haber subido perfectamente en tercera y algo más rápido. En realidad la subida se reduce a dos tramos fuertes, uno cuando atraviesas el pueblo de Cesana y otro cuando afrontas la parte final del puerto, con tres o cuatro rampas fuertes, pero como digo por allí atraviesan camiones sin aparente dificultad. El descenso es largo y pronunciado, con algunas curvas de 180 grados que hay que realizar con cuidado. Una vez abajo, el pueblo de Briançon tiene mucha vida y bastante tráfico. Ni que decir tiene que toda esta zona, desde la parte Italiana hasta bien entrada la parte francesa, tiene unos paisajes absolutamente espectaculares.
La parada de este día la teníamos prevista en la localidad de Avignon, en total fueron algo menos de 600 kilómetros. El camping Pont d'Avignon fue un camping magnífico, digno de permanecer en él algún día más. Desde este camping se cruzaba el río hasta el centro histórico en una barcaza gratuita. Como digo el camping era barato, las parcelas magníficas, el ambiente extraordinario, buena piscina y limpio. Lo peor tal vez era el acceso, que se hizo un poco complicado.
Volvimos a atravesar la autopista de los pirineos para atravesar Francia, en este caso dormimos en el camping municipal de Orthez (545 km), cerca de la frontera española y desde ahí afrontamos la jornada final de regreso a Cáceres.
Consideraciones finales: Se trata de un viaje caro, los peajes son continuos, el coche y la caravana pagan más que si se tratara de un vehículo normal, el gasoil en Francia está más caro que en España, sobre todo si repostas en las autopistas, pero es que en Italia es mucho más caro que en Francia. Para haceros una idea cuando nos fuimos, a mediados de Julio, en España el litro de gasoil estaba rondando los 1'33 Euros, en Francia los veías por 1'40, pero en Italia no bajaban del 1'53 y eso apartándote de autopistas y carreteras muy transitadas. En muchos sitios el precio rondaba 1,70 euros por litro.
Los camping son más caros que en España, y no diré que en Francia, no hay una gran oferta de establecimientos. El más caro resulto ser el de Roma, que rondaba los 60 euros por noche para cuatro personas, aunque también era el mejor, el más barato fue el de Rapallo que rondaba los 43 Euros por noche. No siempre nos admitieron pagar con tarjeta, esto era extensible a muchas gasolinera e incluso a algunos servicios públicos, como los trenes de la Cinque Terre, os lo digo para que llevéis efectivo pues los cajeros suelen cobrar comisiones, también se podía pagar con tarjeta y sin comisiones en todos los peajes de las autopistas. En la mayoría de los casos salirse de las autopistas no era una opción a contemplar con caravana (y en algunas zonas incluso no es opción para autocaravanas), estás casi obligado a ir por autopistas. Lo digo para que sepáis que el coste de este viaje es alto y el trayecto es exigente, por ello entiendo que haya personas que se planteen realizar el traslado en Ferry desde Barcelona a Roma, o también comprendo a campistas que para recorrer Italia cambian su vehículo por una combinación de avión más coche de alquiler.
Nosotros tuvimos suerte de que no hubo ningún problema importante, pero la distancia y el tipo de conducción por aquellas tierras puede no ser apto para quienes buscan sobre todo unas vacaciones tranquilas.
Salud compañeros.
