Fútbol... fútbol, la verdad es que en este Mundial se ha visto poco. Destellos de Mbappé y laboriosidad del centro de campo de Croacia. El resto a conservar el balón, a cerrarse, a dejar pasar el tiempo... solo cuando se veían eliminados empezaban a arriesgar y esto aportaba emoción, pero no fútbol.
He seguido desde que empezó a despuntar en el Valladolid a Fernando Hierro. Tiene más presencia que sustancia. Su cara transmite un gesto de pena, de dificultad de expresión, y su acento ceceante de la Andalucía oriental ha sido para él siempre una barrera con los medios informativos. Seguro que en los despachos o en las cortas distancias es eficaz y "funcionará" de otra manera, pero me temo que sea lo que siempre aparentó ser: un buen futbolista con una formación justita. Creo poco en la ciencia infusa: un seleccionador tiene que ser en buena parte psicólogo, y eso se aprende estudiando una carrera universitaria. O esforzándose en, paralelamente a la actividad deportiva, leer y aprender sobre esa y otras materias. Pocos se preocupan, en edades tan críticas, de hacer otra cosa que gastar el mucho dinero que ganan... unos pocos lo administran o se lo confían a otros para que se lo administren. No parece que a Hierro ser seleccionador o trabajar para la Federación sea una prioridad. Se ha comido el "marrón" y se ha ido con cierta elegancia posiblemente por discrepar con el Rubiales.
Ahora toca soportar la prepotencia de Luís Enrique.