Un recorrido por la memoria

Francia, Luxemburgo y Bélgica, un recorrido por la memoria 12 Legado judío Integrada en la Asociación Europea para la Preservación y Salvaguarda del Patrimonio Judío y en la Red Nacional de Juderías (que presidió durante el segundo semestre de 2009), Plasencia contó con uno de los principales asentamientos sefardíes de Extremadura. La presencia de los judíos en Plasencia es conocida desde el Fuero otorgado por Alfonso VIII en el año 1189, en el que hay referencias claras a la población judía. Ya en el siglo XV, la aljama placentina rondaba las 200 familias, con una gran sinagoga, la mejor y más antigua que había en Extremadura, en el lugar denominado "La Mota", situada en lo que es actualmente el Palacio del Marqués de Mirabel y el Convento Dominico de San Vicente Ferrer -sede de la exposición de pasos de Semana Santa-. En el Berrocal se ubicaba el antiguo cementerio judío del que aún se pueden ver restos de tumbas excavadas en la roca (más de 200), y que pasará a convertirse en Jardín Cultural de Plasencia con un centro de interpretación de la cultura sefardí y una impresionante vista de la ciudad del Jerte. Enclave religioso Como ciudad medieval, Plasencia es cuna de un notable legado religioso. Entre las empedradas calles de su casco histórico se reparten bellas iglesias y conventos, sin olvidar su rica imaginería local, que ha convertido a la Semana Santa en una de las más importantes de Extremadura. Fuera del recinto intramuros, el visitante encontrará joyas como la ermita de San Lázaro o la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad, desde donde se divisa un bellísimo paisaje de la ciudad y del Valle del Jerte. Urbe palaciega El atractivo complejo monumental de su casco histórico se completa con importantes palacios como la Casa de las Dos Torres o el del Marqués de Mirabel. Algunos recientes. Otros de lejanas épocas. Catedral Nueva s. XVI Arquitectura civil Iniciado en 1498 el nuevo templo catedralicio en época del obispo Gutiérrez Álvarez de Toledo, se finalizó en el año 1578 con la intervención de varios arquitectos, como Juan de Álava Francisco de Colonia o Enrique Egas. La Catedral Nueva tiene dos magníficas e impresionantes fachadas renacentistas de estilo plateresco, la principal obra de Juan de Álava quien la terminó en 1558 y la del Enlosado, fechada entre 1538 y 1548, es obra atribuible a Diego de Siloé. En el interior, con tres naves y un crucero cubierto de bóveda de crucería, destacan en su nave central el sorprendente y bello Retablo Mayor, obra del s. XVII, con lienzos de Mateo Gallardo y Luis Fernández o Ricci y esculturas de Gregorio Fernández, sobresaliendo su Grupo de la Asunción y fechadas en 1664. En este retablo guarda un lugar especial la imagen en madera del s. XIII, la Virgen del Sagrario.

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