Un recorrido por la memoria

Francia, Luxemburgo y Bélgica, un recorrido por la memoria 185 supervivientes (30 de ellos heridos) el 21 de noviembre. Esta acción dio fin a la Batalla de Ancre y con ella a la Batalla del Somme. Múnich y Grandcourt, sin embargo, permanecerían en manos alemanas. RESULTADOS Es difícil decidir si la Batalla del Somme fue una victoria de un lado o del otro. Los aliados fueron contenidos con éxito y sólo lograron un avance máximo de ocho kilómetros, mucho menos de lo que tenían planeado originalmente. Sin embargo, examinando las consecuencias de la batalla a largo plazo se puede decir que reportó más beneficios a los aliados que a los alemanes. En palabras del historiador Gary Sheffield: La batalla del Somme no fue una victoria en sí misma, pero sin ella la Entente no habría emergido victoriosa en 1918 EFECTOS ESTRATÉGICOS Antes de la batalla, los alemanes relegaban al Reino Unido al mero papel de potencia naval y no pensaban que las tropas británicas fuesen muy difíciles de derrotar en tierra, al menos no tanto como Francia y Rusia, a quienes suponían sus enemigos más poderosos. Sin embargo, la importancia de los británicos en las operaciones de la Triple Entente aumentó considerablemente a partir de la Batalla del Somme y se reforzó aún más cuando estallaron motines en el Ejército Francés y se desató la Revolución rusa en 1917. En reconocimiento del peligro creciente que representaban los británicos, el Estado Mayor Alemán inició una guerra submarina sin restricciones a partir del 31 de enero de ese año, con el fin de bloquear totalmente las Islas Británicas. El hundimiento de barcos estadounidenses que llevaban suministros al Reino Unido sería el causante de que Estados Unidos se sumase a la guerra, en el bando de los aliados. Al iniciarse 1916, el Ejército Británico era en su mayor parte una masa de voluntarios sin experiencia, un "ejército de ciudadanos" acudido a la llamada de Kitchener que encontró su primer examen real en el Somme. Aunque no sea muy políticamente correcto, se puede afirmar que muchos de los soldados británicos que cayeron en la batalla carecían totalmente de experiencia y por tanto, en términos generales, no representaban una pérdida irreparable para las fuerzas armadas de su país. En el caso alemán sucedía todo lo contrario, ya que su fuerza se fundamentaba en tropas regulares y de reservistas bien entrenados y experimentados, por lo que cada nueva baja supuso otra piedrecilla en la marcha de la maquinaria de guerra germana. El propio Príncipe Coronado Ruperto de Baviera, comandante en jefe alemán, declaró que "Lo que quedaba de la vieja infantería alemana de primera clase entrenada durante la paz se ha liquidado en el campo de batalla". La Batalla del Somme, en definitiva, dañó al ejército alemán sin reparo posible, que a partir de entonces se mostraría incapaz de reemplazar sus bajas con soldados de la misma calidad que los que habían defendido su terreno tenazmente durante la mayor parte de los enfrentamientos. Hacia el final de la batalla, los ejércitos alemán y británico se habían reducido hasta llegar a ser lo mismo: simples milicias.

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