Un recorrido por la memoria

Francia, Luxemburgo y Bélgica, un recorrido por la memoria 68 Bastoña, la ciudad de la memoria Ubicada entre la cuenca del Rin y del Mosa, constituyó una vía de paso para las poblaciones nómadas y para los romanos. En la Edad Media, Bastoña era una pequeña ciudad fortificada. Las murallas disponían de quince torres. Actualmente sólo se conserva una: la Puerta de Trèves. En la ciudad también se puede admirar la Iglesia Saint Pièrre, edificada originariamente en el s. XII y de la que ha sobrevivido el majestuoso campanario románico. El interior se reconstruyó en el s. XV. Destaca la grandísima calidad de la pila bautismal románica original, esculpida completamente en piedra. Pero Bastoña es sobre todo la ciudad de la memoria, de la resistencia heroica a la ofensiva de Von Rundstedt, recordada en la historia como la Batalla de las Ardenas. Museos y monumentos En la plaza principal, el Tanque Sherman y el monumento al general McAuliffe conmemoran la gloriosa resistencia en la Batalla de las Ardenas. No hay que perderse, por tanto, los museos y los monumentos que recuerdan estos acontecimientos, entre ellos el Bosque de la Paz. Sobre la colina de Mardasson, a tres kilómetros de la ciudad, se puede visitar el Bastogne War Museum, en el que se proyecta un documental sobre la batalla. A su lado se levanta también el monumento conmemorativo Le Mardasson, una inmensa construcción con forma de estrella de cinco puntas, homenaje del pueblo belga al ejército americano y a sus aliados en la Batalla de las Ardenas. Visitar Bastogne Bastogne vive por y para aquella batalla. Todo el que visité la ciudad tiene el recuerdo de aquel choque trascendental en el devenir final de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, nos acercamos hasta el Monumento Mardasson, construido en 1950. Se trata de una muestra de agradecimiento por parte del pueblo belga hacia los americanos y aliados que liberaron el país de los alemanes.

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