Un recorrido por la memoria

Francia, Luxemburgo y Bélgica, un recorrido por la memoria 81 el alodio de Durbuy en la repartición de los bienes alodiales y lo aportó, en forma de dote, al conde Alberto II de Namur, con quien desposó. Durante la primera mitad del siglo XI, se produjo una importante transformación en el dominio: el centro señorial se trasladó de Tahogne a Durbuy, donde se construyó un castillo en un punto de paso sobre el río Ourthe. Tohogne siguió siendo la única parroquia del dominio, y la iglesia de San Martín fue reconstruida en esa época. El hijo primogénito de Alberto II y de Ragelinda se convirtió en 1063 en el conde Alberto III de Namur; también heredó el condado de Laroche. El benjamín se convirtió en el conde Enrique I de Durbuy, y falleció tras 1097. Enrique I es conocido como Come Henricus de Dolbui castello (el conde Enrique del castillo de Durbuy, mención escrita en 1078). Su hijo es el conde Godofredo I de Durbuy. A su muerte (antes de 1124), su hijo se convierte en el tercer conde, bajo el nombre de Enrique II de Durbuy. Muere muy joven, hacia 1147. El condado de Durbuy pasa entonces a su primo, Enrique IV de Luxemburgo, llamado Enrique el Ciego. Durbuy bajo el control de la Casa de Luxemburgo Durbuy, núcleo de la llamada "tierra de Durbuy", está desde el siglo XII a cargo de la defensa del territorio de los condes de Luxemburgo ante vecinos y rivales como los príncipes-obispos de Lieja y los príncipesabades de Stavelot-Malmedy. El castillo de Durbuy, construido sobre un macizo rocoso rodeado por el río Ourthe, y la muralla de protección del castillo y el burgo que se desarrolló a su pie, responde a esa vocación defensiva. A la muerte de Enrique IV de Luxemburgo, denominado el Ciego, en 1196, su hija Emersinda heredó los condados de Luxemburgo, Durbuy y Laroche. La condena Emersinda murió en 1247: su hijo primogénito, Enrique V el Rubio, heredó los condados de Luxemburgo, Arlon y Laroche; mientras que su benjamín, Gerardo, se convirtió en conde de Durbuy. En 1304, tras la muerte de este último, sus dos hijas renunciaron a sus derechos sobre Durbuy en favor de su primo Enrique VII, conde de Luxemburgo. A la muerte de éste, en 1313, su hijo Juan I, rey de Bohemia, heredó el condado de Luxemburgo. Durbuy adquiere su título de ciudad (ville) en 1331, cuando Juan I, rey de Bohemia y conde de Luxemburgo, concede a los burgueses de Durbuy una serie de privilegios consignados en la Carta de franquicia. La concesión de este título a Durbuy no se debió a que se hubiera convertido en un centro importante de población, sino al carácter estratégico de su emplazamiento, que lo convertía, además, en centro de comercio y de justicia. En efecto, Durbuy se situaba entonces en la frontera norte del condado de Luxemburgo, y por tanto estaba expuesta a sufrir ataques extranjeros. Sin embargo, tan sólo una ciudad podía disponer de un ejército: es por esto que Juan I de Bohemia concedió el título a Durbuy, con el objetivo de reducir desplazamientos de tropas en el norte.

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