Viaje por Alsacia y ruta romantica

118 la liberación del campo aun seguía experimentando, imperturbable, con personas inválidas. No menos cruel fue el experimento del Dr. Siegmund Rascher, médico especializado en aeronáutica militar. Éste probó la reacción del cuerpo humano si se le sometía a una brusca descompresión en vuelo en una cámara de altitud, de esta forma podía comprobar in situ las reacciones que podría tener un piloto de avión en el caso de que su aeroplano cayese repentinamente. De los más de 200 prisioneros que fueron utilizados en esta prueba, cerca de 80 murieron. Los doctores Holzlöhner y Finke experimentaron el tiempo que tardaba el cuerpo humano en colapsarse si se le sometía a temperaturas polares. De los 400 presos que fueron sometidos a estas pruebas, unos 90 perdieron la vida. El sadismo empleado en realizar estas pruebas se constata en la carta que el Dr. Rascher envió a Himmler el 12 de febrero de 1943 en la que, entre otras cosas, le solicitaba poder seguir haciendo experimentos de congelaciones en Auschwitz ya que allí las temperaturas eran más bajas y el tamaño del campo mayor, de esa forma se llamaba menos la atención ya que a los presos, cuando gritaban, nadie podría oírlos. Se provocaron enfermedades como la tuberculosis, malaria e infecciones generalizadas para probar antisépticos. Alrededor del campo de concentración se hallaban las dependencias de los guardias de las SS y las perreras con mastines adiestrados. El adiestramiento de los canes consistía en tenerlos dos o tres días sin comer. Se les ofrecía un maniquí vestido con el uniforme de los prisioneros con comida en su interior. Una vez adiestrados convenientemente cambiaban el maniquí por un preso real. La mayoría de ellos morían destrozados por las dentelladas de los perros. También se creó una escuela de SS especializada en la enseñanza de exterminación de personas. Alguno de sus alumnos más famosos fueron: Theodor Eicke, Comandante de Dachau e Inspector de todos los campos de concentración; Rudolf Hoess, comandante de AuschwitzBirkenau; Paul Stangel, comandante de Sobibor y Treblinka; Martin Weiss, Comandante de Majdanek; Adolf Eichmann, encargado de los traslados de judíos a la muerte, y así un sinfín de “celebridades” nazis que aprendían las prácticas más horribles contra el ser humano. A su vez el campo de Dachau servía como centro de prácticas para los guardias de todos los campos de concentración nazis y tanto la organización como la rutina diaria del campo se convirtieron en el modelo a seguir en el resto de los campos. Miles de prisioneros eran traídos hasta Dachau de otros campos de concentración. Los traslados masivos se hacían normalmente en vagones de ganado o de mercancías permaneciendo varios días de pie en su interior completamente hacinados, sin alimentos, sin agua y sin apenas oxígeno. Como ejemplo, baste decir que de las 2.500 personas que viajaron el 2 de julio de 1944 desde la localidad francesa de Compiégne a Dachau en un convoy de presos, tan sólo 1.500 llegaron con vida cuatro días después, por el camino habían perdido la vida 984. El 26 de abril de 1945 había registrados más de 60.000 prisioneros entre Dachau y sus campos satélites. Ese mismo día los nazis trasladaron a 7.000 personas exhaustas y famélicas (casi todos judíos) a Tegernsee, una pequeña población al sur de Munich, a lo que se llamó “La marcha de la muerte”. En la sangrienta marcha, todo el que no podía continuar era fusilado. Cientos de presos murieron de agotamiento e hipotermia. El Campo de Concentración de Dachau fue liberado por las tropas norteamericanas el domingo 29 de abril de 1945. En sus alrededores, 30 vagones de tren repletos de cadáveres putrefactos fueron encontrados por los soldados estadounidenses. Pocos días después, las fuerzas americanas liberaron a los presos que habían sido conducidos a la “marcha de la muerte. En los días posteriores a la liberación también murieron cientos de presos por el exceso de comida que les proporcionó el ejército americano. Los cuerpos esqueléticos de los prisioneros, acostumbrados a no comer nada, fueron alimentados sin control y en exceso teniendo unas consecuencias funestas. Los cálculos estiman que entre los años 1933 y 1945, los prisioneros que pasaron por Dachau sobrepasaron los 200.000. Casi 32.000 murieron de hambre, enfermedad, torturados o caprichosamente ejecutados entre 1940 y 1945, y a éstos habría que sumar los que murieron desde su creación en 1933 (dato éste que se desconoce ya que los archivos nazis de Bad Arolsen no son completos con relación a estos primeros años). Los planes alemanes que se conocieron una vez acabada la guerra, consistían en asesinar a todos los presos de todos los campos de

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